“Al pueblo sólo lo salva el pueblo”

Por el profesor Sergio Sommaruga, miembro de la directiva del Pit-Cnt. Entre viernes y sábado hicimos más de 2600 kilómetros recorriendo diferentes rutas nacionales, realizando asambleas de base en 6 departamentos del norte y centro del país.

Fueron 48 horas intensas, de dormir poco y andar a las corridas, donde 9 personas divididas en tres equipos tomaron la tarea de hacer posible lo que hay que hacer.

48 horas fuera de nuestras casas, con todo lo que ello implica, incluida la pérdida de las horas de descanso y recreación familiar.

No es tarea de mártires. Solo gente común haciendo con sus convicciones algo más que proferir palabras.

La realidad se cambia junto a los demás, en procesos de construcción colectiva, democráticos y generadores de conciencia de clase.

Escuchando mucho y hablando lo necesario, para hacer planes que organicen la lucha por otro futuro, por otra realidad.

Mientras hacíamos estas asambleas, un senador al que cada día que pasa se le suman mas acusaciones de pedofilia no abandona su cargo, ni nadie se lo pide. A lo sumo, una licencia de un mes.

La derecha de la derecha, liderada por un general, genera una absurda crisis institucional por la preservación de cargos de alta remuneración en el gobierno, haciendo una patética pantomima de victimización política para tapar sus propios estropicios.

Y el agua, la bendita fuente de vida, nos muestra sin tapujos una terrible alegoría del país.

Una multinacional tiene acceso al acuífero guaraní para hacer su producción, mientras a la gente se la entierra de pico, bajo el fatal acostumbramiento al empeoramiento de sus condiciones de vida.

Mas allá de todo enojo, para ninguno de estos problemas y malestares hay soluciones mágicas.

Solo queda el camino paciente, sacrificado y modesto de aportar a la construcción colectiva y unitaria del pueblo, y que en todas las organizaciones del campo popular crezca, madure y florezca la conciencia de clase.

Al pueblo sólo lo salva el pueblo, y para eso hay que apostar al pueblo, trabajando con todas sus contradicciones y enamorándose de todas sus bellezas.

Hasta que la dignidad se haga costumbre!