Devoción de feligreses y entusiasmo de poseídos

Una vez emitida la sentencia de la Fiscal que estudió y trabajó en el “caso Moreira”, me parece interesante ver qué nos deja toda esta historia de las pasantías a cambio de relaciones sexuales. Quiero confesar desde el comienzo que no creo en la justicia uruguaya, me parece que siempre ha estado propensa a recibir presiones y a obrar bajo prejuicios. Y esto lo pienso desde hace mucho tiempo, no como resultado de este fallo.

En este país un hombre puede ir preso por robarse una botella de vino de un almacén (si es pobre, claro) y esa rigurosidad no se aplica ni por asomo cuando el presunto infractor es alguien que tiene dinero o cargo alto o algún tipo de poder. Pero mi falta de credibilidad en la justicia uruguaya no implica que siempre mantenga encendida la llamita de la esperanza, porque me consta que no todos actúan de la misma manera.

Este fallo aumenta mi convencimiento de que, en general, la justicia mide con una vara a los ricos y con otra a los pobres. De eso estoy seguro. La señora se levanta la venda y espía por debajo, antes de emitir un dictamen.

Independientemente del fallo de la Fiscal, hay un tema que me parece más preocupante aun: todos los que escuchamos los audios sabemos lo que escuchamos y Moreira nunca negó que ese que hablaba era él. La Fiscal dice que eso no es suficiente para procesarlo, pero lo que escuchamos era real.

El manejo del poder que surge de esos audios y en especial la cosificación de las mujeres, es absolutamente real y los que vivimos en Colonia sabemos que esto es así desde hace años. Es la primera vez que alguien lo graba y lo difunde, pero no es la primera vez que ocurre.

Tal vez este sea uno de los motivos que alejan a muchas mujeres de la política, el abuso machista y patriarcal que algunos jerarcas ejercen aprovechándose de su posición de poder. Ya no es solamente que reparto las pasantías como a mi se me antoja y se las doy a quien quiero, sino que se agrega que podemos negociarlas a cambio de un favor sexual.

Ante esta evidencia, el respaldo de su electorado a Moreira sigue siendo muy grande. No sé si va a ganar la Intendencia otra vez, pero sigue teniendo un respaldo muy grande.

Increíblemente de mujeres y de muchos jóvenes que saben que esto que pasó es normal en Colonia y que no les importa. Que saben que de alguna manera hay que pagar el cargo que te ofrecen o los bloques y las chapas que van a llegar antes de mayo o el contrato para que el camión trabaje para la Intendencia. Y no les importa.

No quiero hablar de crisis de valores, porque tengo miedo de quedar como alguien que está pontificando desde un púlpito. Pero tal vez tengamos que detenernos a pensar qué es lo que lleva a que miles de personas apoyen con devoción de feligreses y entusiasmo de poseídos, a un hombre que ofreció un servicio público a cambio de sexo.

A veces la imagen que nos devuelve el espejo es cruel.

José Luis Pittamiglio – Edil Departamental Partido Socialista (FA)