Dicen que sólo sí es sí…

Por David Rabinovich. Me prometí no escribir sobre las cosas que pasan en el pueblo, pero el “oscurecimento” mantuvo las luces de la calle encendidas y por asociación, el divague arrancó para ese lado.

La vecina, tres casas más debajo de la nuestra, vendió el auto y arregló el garaje para vender tortas fritas. Como nunca llueve agregó empanadas; como le fue más o menos bien y es prolija, agregó algunas tartas… Entonces se le ocurrió poner otro contador para separar el consumo de la casa del negocio. El horno eléctrico nuevo gasta bastante.

Alumbrado público es una tasa que se paga, al Gobierno local, por la instalación, el mantenimiento y lo que gastan los focos en las calles. En algunos departamentos las Intendencias utilizan la factura de UTE como medio de cobro del alumbrado público. El monto especificado no corresponde a UTE, ya que se cobra a cuenta y orden de las respectivas Intendencias. Antes se cobraba en la planilla de la contribución ‘Alumbrado y salubridad’ lo que –tengo entendido- incluía también la recolección de residuos, el barrido y la reparación de la calle.

Cuando la Intendencia de San José pasó a Ute el cobro del alumbrado, siguió –ajustada por el IPC y sin descontar nada- la tasa de salubridad. Eso significó un aumento importante de la contribución urbana. El monto cobrado por Ute se sumó en su totalidad al valor de los aportes. Los avecinados en el departamento de San José rezongamos un poco y no pensamos mucho que las tasas deben guardar relación con el costo del servicio: Pagamos. Sólo recuerdo algunos debates, más o menos intrascendentes, en la Junta Departamental y alguna repercusión en los medios locales.

En el taller sólo se escucha Clarín. Como música de fondo suena el rasguido inconfundible de la guitarra del Chango Rodríguez… “Carretas cañeras cruzan la laguna/el grillo a la luna le da su cantar…”. A veces le desenchufan la radio, antes le cambiaban la estación pero el rumano le puso al dial ‘La gotita’ y como “Lo que la gotita pega…” El Cirilo está concentrado en su trabajo. Pasa un auto que deja una estela finita de agua.

Este año, Doña Paula, que a ella me refiero, fue a pagar la contribución (una de las pocas cosas que no tiene en débito automático de su cuenta en el BROU. Hace tiempo le dijeron que la ISJ no tenía convenio con el República. ¿Seguirá así eso? (Tengo que recordar preguntarle a su hija Laura cuando venga). Bueno, el caso es que la Doña pagaba todo el año, aprovechaba el descuento y se sacaba una preocupación de arriba. El año pasado, el descuento por pago contado le significó menos de $250 aunque el monto abonado fue casi de $15.000 por todo el año. Hay un descuento del 13% por buen pagador que se consigue pagando las cuotas (7) en fecha. Abonar el total en el primer vencimiento tiene un descuento adicional muy chiquito. La intendencia promueve pagar las cuotas en fecha, pero no todo junto. En la planilla, el monto por ‘salubridad’ duplicaba lo que era ‘contribución urbana’. Según nuestras cuentas en 2022 la vecina pagó unos $18.500, incluido el descuento al “buen pagador” más otro de sólo $250 por concepto de pago contado.

Este año le tocó casi $27.000 por lo que, como el descuento contado le pareció miserable, decidió pagar en cuotas con el 13% de “buen pagador”. A ojo de buen cubero un 40% de incremento. En el barrio todos los vecinos se quejan. Cuentan que en Libertad les fue peor… y que hay aumentos que alcanzan el 500%.
Se oye la voz cascada del viejo Fermín desde la puerta: “Gas oil sin impuestos”.

– ¿Qué decís? Inquiero en el mayor de los desconciertos.

– Acabo de ver una camioneta con un pegotín viejo y desteñido. ¡Decía “Gas oil sin impuestos”!

– ¡Sí. Cuando ganen los blancos! Acota con tono de fastidio Isaac Vladimir.

– Bueno, continúa Fermín imperturbable, acá como en España “Sólo sí es sí”, y no hay violación con consentimiento. ¡Las mayorías mandan! (Y acá los blancos ganan sin discusión posible).