COLUMNISTAS
“El Campito de las Moras” del DT Mauricio Larriera
Si usted nació en Florida no es necesario que lea esto. Mi idea es traducirle al resto de los uruguayos, algo que dijo en Montevideo uno que nació en Florida: “El Campito de las Moras”.

Por Marciano Durán, columnista de EL ECO* Porque Mauricio Larriera (para los no futboleros me refiero al DT del último campeón de Uruguay en fútbol) apenas terminó el partido y el campeonato volvió a pronunciarlas.
Cuando el periodista le acercó el micrófono para que explicara qué estaba sintiendo en el preciso momento en que medio país saltaba, gritaba y reía, él contestó:
– “Lo soñé desde los siete años en el Campito de Las Moras en Florida”.
Ya había comentado lo mismo en otras oportunidades:
– “Esto lo soñé desde chico, cuando jugaba descalzo en el Campito de Las Moras en Florida, con la camiseta de Peñarol y el número 9 que me lo había pintado mi madre”
Yo no soy de Peñarol y ni siquiera conozco a Mauricio.
Pero conozco a su familia, conocí a sus padres, a sus abuelos y a sus tías.
La familia Larriera fue parte de lo mejor de mi infancia.
De hecho, esa foto carné que acompaña la nota es el papá de Mauricio, sacada un día de diciembre de 1956. Pinocho tenía 12 años en esa foto y vivía con su familia en el barrio Prado Español, donde Carlos Gardel se junta con las Lunas de Cuneo.
Nota explicativa: La calle Carlos Gardel es casi una columna vertebral de una parte importante del Prado Español. Al final de esa calle, contra el río Santa Lucía, José Cuneo pintó las maravillosas lunas que aún nos acompañan.
Pinocho (el papá de Mauricio) falleció hace poquito, concretamente el 18 de julio y Mauricio tuvo que bancar el dolor en medio de un campeonato que no le daba treguas.
Pero…a todo esto: ¿qué es el Campito de las Moras?
Es la universidad de la que tanto hablan quienes hablan de la Universidad de la Vida o de la Calle.
Todas nuestras ciudades tienen sus “campitos de las moras”.
En Florida hay muchas universidades de éstas y el Campito de las Moras es una de ellas.
Mauricio hizo allí una maestría en Humildad.
A esa misma universidad fueron los que están en la otra foto en blanco y negro. Allí están entre otros: Mingo (el abuelo de Mauricio) mi viejo, el viejo Jaurretche y una buena cantidad de ferroviarios.
En un reportaje de hace algún tiempo un familiar de Mauricio contaba: “Lo tentaban para ir a otros cuadros ofreciéndole zapatos o boletos, pero Mauri quería jugar con sus amigos. Prefería la humildad y las carencias del barrio.”
-“Ésa es mi mayor alegría. No cambié en nada. No marearme es mi gran patrimonio”- decía él en otro reportaje.
La Universidad de la Calle o de la Vida (término acuñado por Tita Merello en uno de sus programas de TV) “implica lo que todo profesional debiera aprender: la humildad. La humildad se la aprende en la calle, se aprende en la dureza, en la crudeza de la calle. En el tener que bajar la cabeza, en el tener que cruzar una vereda, en el tener que cruzar una calle, en el tener que saludar al mendigo y en que el mendigo te diga: “Buen día Doctor”. Todo eso lo aprendés en la calle” decía el argentino Juan Magariños de Moretín.
Pero, al fin de cuentas … ¿qué es el Campito de las Moras” al que hace referencia Mauricio?
Mejor que lo cuente un floridense que se graduó también en ese mismo campito, otro tipo formidable:
“- El Tomás González, ese arroyito tan nuestro, era denominado por los floridenses más ancianos “Arroyo de la Quintas” por existir muchas de ellas junto a su corriente de agua, en tierras de gran fertilidad, montes de sauce, álamos y membrillos junto a sus plantaciones de frutas y verduras. Alcanzamos a conocer y a disfrutar en nuestras correrías infantiles en pos de los mistos, gargantillos, chingolos, naranjeros y cardelanes azules. La Quinta de Pelusso estaba junto al predio donde ahora está el Liceo Nro 1. Los muchachos de veinte años atrás la llamaban “El Campito de las Moras” y allí se jugaba al futbol, se remontaban cometas, pues ya no quedaban restos de quintas, solo viejas moreras. En la década del 60 siendo el que esto escribe Concejal se procedió a la urbanización del lugar y se protegió a la morera más grande Es uno de los árboles más característicos de nuestra ciudad por su ancianidad y por su vinculación a muchas generaciones de floridenses. Dr. Wilson Monti Grané. 17 de setiembre de 1986”
De eso quería hablarles a los “no floridenses”, de ese lugar que existe también en otras ciudades de nuestro país, de un tipo que sabe de sus orígenes y los tiene presentes, de una familia del Prado Español, muy humilde y con los mejores valores.
Miles de floridenses pasamos por el Campito de la Moras, no todos nos graduamos, pero ninguno salió igual de ese lugar.
“Floridayvuelta” se llama una poesía que escribí hace unos años, me gustaría terminar con una estrofa de ella:
“Y si me fui yo sé que no dejé el campito,
de las moras liceales, de tempranas rabonas…”
Mauricio Larriera nunca dejó el campito de las moras liceales.
Mauricio Larriera sabe de dónde viene, por eso está tan seguro hacia donde va.
*Escritor, oriundo de Florida, residente en Maldonado
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