“El gato fue hecho por Dios para que el hombre pudiera experimentar el placer de acariciar un tigre.” [Víctor Hugo]

David Rabinovich. Guerra de relatos. En la vida social, económica y política hay episodios que merecen ser recordados, analizados, tomados en cuenta como lección. Muchas veces, ejemplo claro de lo que no se debe hacer o de cómo no se debería proceder.

Sin duda fue grave el episodio de la fuga de Morabito de cárcel central que dejó al desnudo la venalidad en filas de la policía y el poder del dinero mafioso. Aunque me resulta difícil entender cómo se afirma que aquella fuga pone en cuestión las políticas de seguridad pública de los gobiernos del FA.

Hoy, que volvieron los viejos mandos y la policía tiene ‘respaldo’, los problemas de la sociedad son más o menos los mismos pero más graves. Las discusiones en materia de ‘seguridad’ son baladíes porque atacar las famosas ‘causas del delito’ sería cuestionar el sistema. ¿Quién le pone el cascabel al gato?

¿Dentro del capitalismo? ¡Nada! El único punto en común que veo entre aquéllas y éstas de la Coalición, son las incumplidas promesas de bajar los delitos. Pero, simplemente, eso no es posible sin atender las causas de la marginación, la injusticia y las condiciones de pobreza en las que se desarrollan buena parte de las nuevas generaciones. Hay problemas que el sistema los trae consigo. El capitalismo es un mal sistema. Que no sepa darte una receta para armar algo mejor, distinto y que funcione, no hace que lo malo se vuelva bueno. ‘Lo mejor de lo conocido’, no me alcanza.

Lo que se sabe y lo que todavía no. Es grave lo que se conoce de las actividades del jefe de la custodia presidencial Alejandro Astesiano, quizá más grave sea lo que todavía no se sabe. Y conste que lo anterior fue escrito antes de trascender lo de La Loli, o que el Dr. Ojeda incinerara al fallecido Jorge Larrañaga, así como darle otro empujoncito al Presidente en dirección al abismo. ¿Realmente el subdirector ejecutivo de la Policía, Jorge Berriel, procedió de acuerdo a órdenes directas recibidas del Ministro?

Es muy grave todo lo relacionado con el otorgamiento de una pasaporte a Sebastián Marset “un narco peligroso y pesado”. Que se le haya mentido al Parlamento puede que sea no menos grave. Más que preocupante me parece, además, que el ministro Heber diga, se desdiga y se contradiga a los gritos desaforados haciendo gala de un histrionismo fuera de lugar.

Desidia y poco apego. Hablemos entonces del aquí y el ahora en otros términos. Si lo anterior fue malo no justifica los ‘errores’ actuales y menos transforma en transparente una gestión que se maneja sin informes técnicos para tomar decisiones millonarias (en dólares) basada en convicciones políticas y sin darle importancia a la ley. Todo ‘negocio’ es privado y privadas las ganancias, sólo las pérdidas se reparten entre el conjunto de la sociedad; sin tocar a los ‘malla’ oro, claro.

Gandini afirmó que “Si Carolina Ache hubiera sido blanca, hace rato que ya no estaba en el ministerio”. Como si fuera severa la actitud de los blancos frente a los ‘desvíos’ éticos de su gente. Heber reconoció que Jorge Berriel compartió detalles con Astesiano sobre la denuncia de violación en una ‘fiesta’ del PN, pero opinó que no hay delito. ¡Es que no hablamos de delitos! Nosotros cuestionamos los desvíos administrativos que ocasionan pérdidas a la sociedad y traen beneficios a particulares; hablamos de clientelismo y de contravenciones a las más elementales normas éticas que se debería exigir a un político. ¿El ejemplo de Carlos Moreira en Colonia no resulta ilustrativo?

Ilegal e inmoral, no son sinónimos. La justicia decide sobre los límites legales: ¿Quién marca los éticos? Cuando el Ministro del Interior (se) pregunta “¿Cómo pasarle al Presidente, [a] la custodia del Presidente, quién fue violada en un club político es un delito? ¡No ministro! Si es delito que lo diga la justicia. El asunto es si es ‘correcto’. “Dio los nombres. No difundió los nombres. Le dio al presidente, que es el jefe de todos nosotros, ¿no?” Aclaró Heber. Cada uno hará su propio análisis. El mío, cargado de una enorme indignación, me lo reservo por ahora.

En uno de los tantos cursos que hice, en ese caso de ventas, el instructor basó la lección en una controvertida máxima: “La competencia desleal no existe”. Para hacer una venta, según él, todo vale, no existe el full ni el fuera de juego, vale el codo en la cara y quebrarle una pata al competidor. Es una de las bases del capitalismo: para ganar plata todo vale. No hay límites éticos ni morales, ni siquiera la ley suele ser suficiente para disuadir de cometer un delito. Si la ganancia lo justifica se venden armas sin mirar por los muertos y los heridos; se vende droga sin pensar en qué consecuencias trae para la sociedad. Los bienes y servicios necesarios para una vida humana digna tienen un precio y si no tenés como conseguir los recursos dormís a la intemperie, comés de la basura y te vestís con lo que te den… No tienen educación tus hijos ni salud tu familia. En sociedades como la nuestra en la que se llegó a un relativo Estado de bienestar con cobertura universal y pública de salud y educación, los intentos por privatizar son fuertes y frecuentes. Si fracasan se aprovecha cualquier resquicio para avanzar lo que sea posible. El proyecto Neptuno o la reforma jubilatoria, son ejemplos actuales. En última instancia nada bueno se puede esperar de una ‘cultura’ que propone considerar ‘enemigos’ a los adversarios (competidores).

Entre bueyes hay cornadas. Guzmán Acosta y Lara, Director nacional de Telecomunicaciones y Servicios Audiovisuales del Ministerio de Industria, Energía y Minería, quien lidera el novel sector del Partido Colorado, Viento de Cambio, le salió duro a ‘Pedro’. “Él va a jugar por la banda derecha y yo voy a jugar por la otra banda, de centro, centroizquierda del partido, que es lo que le hace mucha falta al PC”. Bordaberry orejea tranquilo la posibilidad de volver a la política. La controversia es entre descendientes de conspicuas familias de abolengo: los Acosta y Lara con los Bordaberry tienen más parecidos que diferencias. ¿Pero qué se yo lo que mueve a cada uno?

El promedio de los promedios. Es frecuente, normal y lógico que diferentes sectores de la sociedad reclamen apoyo del estado por alguna situación de dificultades que atraviesan. Hay quienes sufren esas limitaciones desde generaciones anteriores y quienes tienen problemas puntuales. Si un sector viene de un largo período de dificultades y se le agrega un problema circunstancial, no es lo mismo que si en tiempos pasados y cercanos tuvo ingresos extraordinarios por alguna razón cualquiera sea.

Asimismo se puede considerar la necesidad que toda la sociedad aporte de una forma lógica, justa y solidaria en el acopio de los recursos necesarios para esas ayudas. Esos rubros deben estar, además de los necesarios para cosas tan básicas como atender la satisfacción de las necesidades y derechos humanos de la población. De toda la población.

Ahora, si tenés ganancias extraordinarias y las depositás en el banco, aportás por impuestos muy por debajo de la media y tenés el tupé de reclamar ayuda en cuanto aparece cualquier dificultad, es difícil para que la gente que come en la olla popular te mire con simpatía. Si a todo lo anterior se le agrega que tus ganancias están muy asociadas al deterioro del medio ambiente y reclamás que los costos de frenar y mitigar la contaminación y la degradación de la naturaleza se cargue sobre otros hombros, porque no admitís que te afecten la “competitividad”, palabra que sustituye tus ganancias en el diccionario particular que usas para explicar la realidad, es difícil que convenzas a alguien medianamente informado y mínimamente inteligente, de la nobleza de tus intenciones.

Dentro del capitalismo nada. “…las izquierdas latinoamericanas hoy apelan más al pragmatismo que sus antecesoras y, más que cuestionar las bases del orden capitalista, parecen cuestionar los distintos matices del legado “neoliberal” de estos años, pero sin delinear una propuesta alternativa nítida y factible.”1
La base del capitalismo es el capital y sus derechos están asegurados por ‘el mercado’ más poderoso que los dioses y además, sujeto a sus propias e inmutables leyes.

“De este modo, se confirma la verdadera consecuencia que ha tenido la caída del paradigma revolucionario en el campo político, social y económico: establecer una realidad donde solo disputan una derecha neofascista y neoliberal con una derecha conservadora, democrática y con buenas intenciones tratando de sostener una suerte de keynesianismo inclusivo o paliativo.” [P12/Jorge Alemán]

Conclusión. Es posible acariciar un tigre, pero eso no transforma al gato. Tampoco es lo mismo pensar en alternativas al neoliberalismo que plantearse una salida no capitalista. Aunque por algo será que un pensamiento moderado -extremadamente moderado, como el de Pereira -, despierta el odio que vemos multiplicarse en redes, informativos y polémicas varias. A los hijos de clases subalternas, cuando son tan lúcidos como persistentes, las elites los saben irreconciliables enemigos. Para ejemplo me basta un Lula, un Evo, o quizá, una Milagro Sala…

1 https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2023/01/13/que-es-ser-de-izquierdas-hoy/