COLUMNISTAS
El petiso de la clase

Muchas veces pasa -no siempre, claro- que el más petiso de la clase era el que hacía más esfuerzos por sobresalir, gritaba más, se reía más fuerte, era bueno contando chistes o cualquier forma en la cual pudiera llamar la atención y no pasar desapercibido.
No todos los hacían, claro está, pero era un comportamiento típico, al menos hace unos cuantos años atrás. A medida que los
años pasan, uno va madurando y se da cuenta que lo que importa es que los demás valoren otras cosas más profundas, que no tienen nada que ver con la altura que nos haya tocado en suerte.
Aunque algunos parecen no madurar más y llegan a edades bastante avanzadas, tratando de gritar más o decir más palabrotas o mostrar los colmillos brillantes.
Novick ha tenido poca votación en las elecciones pasadas y amaga con ser un fracaso estrepitoso una vez más. Intentó una alianza con blancos y colorados que no dio resultado, ya que el Frente Amplio solo les ganó a todos juntos en Montevideo, que fue el departamento donde presentaron la llamada Concertación: un partido que era la suma de tres o cuatro.
No llegaron ni cerca de la votación del Frente y Novick inició lentamente una campaña diferente a partir de ese momento.
Si uno presta atención, parece ser el único candidato que tiene permitido hacer campaña electoral fuera de la época electoral, invirtiendo cientos de miles de dólares cuya procedencia no ha aclarado. A veces parece raro que los mismo que buscan la quinta pata al gato en materia de gastos del gobierno del Frente, no se les mueve un pelo (en el caso de Novick sería imposible)
cuando gastan grandes cantidades en publicidad y no sienten la necesidad de explicar de dónde sale ese dinero. No olvidemos que hace unos meses fueron precisamente los partidos de la oposición (Novick entre ellos) quienes no dieron los votos para aprobar una Ley de Financiación de Partidos Políticos, que pretendía aclarar y blanquear esta situación. Novick no explica de
dónde sale el dinero que utiliza en sus campañas.
Esa campaña de Novick se ha vuelto monotemática: la seguridad. No habla de otra cosa y parece soñar con un Estado policial en el cual los empresarios puedan hacer negocios con tranquilidad, puedan echar empleados con la impunidad que él tenía hace unos años y puedan pagar los salarios de hambre que él paga desde hace tiempo. Un Estado policial que no permita formar sindicatos,
tal como él hace en sus empresas, sin tolerar reclamos laborales de ningún tipo.
Ese Estado policial que defiende Novik a los gritos, con insultos bastante duros hacia muchos de los logros de los gobiernos del Frente, es el mismo Estado policial que él supone va a proteger a los privilegiados de siempre y devolver a los trabajadores al fondo de la tabla, allá abajo, donde no molesten.
Seguramente la inteligencia de la ciudadanía uruguaya no le va a dar más que un puñado de votos a este aventurero que busca -por sobre todas las cosas- beneficiar a los de su clase que son, ni más ni menos,los mismos que se venían beneficiando durante la mayor parte del siglo pasado.
Los derechos conquistados son triunfos para nosotros y derrotas para todos los Novicks que nos fundieron cuando gobernaban. Novick solo trata de mostrarse más popular, sin corbata, hablando como si fuera uno de nosotros. Pero no.
José Luis Pittamiglio – Edil Departamental Partido Socialista (FA)

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