COLUMNISTAS
La corona española debería pedir perdón a toda América antes de pronunciar palabra

Escribe Walter Caimí. PACTUM. La reciente visita a Cuba del Rey de España, Felipe VI y su esposa Leticia Ortiz que ejerció el periodismo, alborotaron mis neuronas políticas y filosóficas. Y no es para menos ante tanta ebullición que hay en América del Sur, incluido mí querido Uruguay.
En visita oficial, Felipe VI, criticó al gobierno de Cuba en presencia de Miguel Díaz-Canel, hecho ocurrido el 14 de noviembre.
Tal alboroto en mí ser, me trasladó al año 1492 cuando Colón “descubrió América”, dicen los que saben. En forma inmediata, mi cerebro procesó raudamente Siglos hasta ubicarme en el día de hoy, y ¡plum! Cataluña o Catalunya (como desee el lector) se paró frente a mí y me espeto “ hey estamos aquí”. Rememoré la charla en mi domicilio con Alfredo Bosch i Pascual, ministro del Gobierno de Catalunya cuando visitó Uruguay hace mes y medio. Maratónicamente el otro costado de mi cerebro, me reclamó ¿España resolvió devolver loa bienes que se llevaron de América? Y me dije a mi mismo, es un absurdo … mira si van a devolver algo. Culminada la carrera loca de mi procesador que tengo desde que nací, me dije a mi mismo: ni perdón leí ni escuche, la dignidad de esa palabra no existe para la corona española.
Expresado esto, me pregunto con qué derecho Felipe VI le pide cuentas al gobierno cubano, que si esto o lo otro, y qué debería hacer o dejar de hacer. Soy un periodista politizado pero que no tengo una venda en los ojos como suelo decir. Lo que está mal, está mal y punto; el sentido común manda y no se necesita ser un iluminado para ello. El “gesto del Rey” para con Cuba, su población y sus autoridades, es desenfocada, fuera de cuadro, es como si al tirar la foto la cámara se movió. Resulta que España está en jaque desde todo punto de vista, pero más aún, lo está políticamente. Existe un nivel de corrupción sin precedentes y sino observemos el Partido Popular. Con mayor agudeza, la del Águila, la ciudad de Barcelona es un caos político. La Sentencia del ‘proces’ que van penas de 9 a 13 años de cárcel a independentistas catalanes por convocar la independencia de Cataluña, no tiene precedentes. Es que en España, también mienten y ocultan la verdad: Charles Puigdemont no huyó, no estaba requerido por la justicia y sus compañeros optaron por quedarse como Oriol Junqueras que afronta la pena más alta, 13 años de prisión. ¿Por qué traigo a colación este hecho político? Porque la corona jugó su papel con la benevolencia de muchos partidos políticos que no detallaré en esta columna periodística. Precisemos: el padre del actual rey tuvo un papel trascendental en el traspaso de Franco a la democracia, ver Constitución española de 1978. Ese es un tema de los españoles que deberán afrontar. Dicho esto, un rosario largo de irregularidades se le ha atribuido al rey padre de Felipe VI, para refrescar la memoria herrumbrada la caza de elefantes que admitió.
Ahora bien, Cuba ni sus autoridades necesitan de este servidor para poner las cosas en su sitio. Pasa que molesta. Sucede que tanto altruismo por la corona que uno imagina que son de otro planeta aún no descubierto. La pregunta es ¿qué autoridad le asiste a Felipe VI para endilgar qué deben hacer los cubanos en presencia del presidente de la república? Y un detalle no menor, es dónde lo dijo: ofreció una cena a las autoridades cubanas en el Palacio de los Capitanes Generales de La Habana. Y tomo una frase del rey: las “instituciones representen toda la realidad diversa y plural” y más adelante dijo “la capacidad de expresar libremente sus ideas, la libertad de asociación y reunión”. Pues bien ¿Y por casa cómo andamos? solemos decir los uruguayos cuando alguien se desubica o se mira el ombligo y nuevamente se dispara mi cerebro y el amigo abogado Pepe Fajula (férreo defensor de Cataluña) me recuerda que España -sus autoridades- tienen tapados los oídos y tienen ceguera casuística en especial la corona.
La tormenta que azota a Cuba tras el imperio de Donald Trump con su política de cierre a toda comunicación con la Isla, está siendo enfrentada con los mismos valores y principios de la revolución y no seré yo quien juzgue. La actual coyuntura de América del Sur no es fruto de la casualidad. Los cubanos tienen un bloqueo de más de 50 años y basta mirar hacia atrás cómo se dio ese proceso y se llegó hasta la fecha. Un jefe de estado, alguien que se aprecia de tal, debe no solo leer, tiene la obligación moral y ética de estudiar, preguntar, escudriñar, etcétera. Lo que no debe hacer (porque sí puede) un mandatario que se precia de tal cuando posee el respaldo del pueblo, es darle vuelta la cara. España, la corona, tiene muchas virtudes, mucho de bueno; pero también aún hoy tiene mucha deuda con América y podrían señalar esas “deudas” solo con Uruguay pues acá vivo.
Ante todo el respeto. Ante todo ubicarse en el contexto geográfico y político antes de abrir la boca. Cuba posee una historia muy rica y refiero a mucho antes de la revolución. Solo hay que desempolvar los libros. Y recetar el cerebro más seguido.

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