La política no es para lucrar, y el que no lo entienda, que se retire

Laura Saravia

El Partido Nacional no estuvo a la altura de las circunstancias. Una vez más, de forma monolítica levantaron la mano para defender el sueldo excesivo del Intendente.

Estamos en un momento duro para los trabajadores, sobre todo para los cuenta propistas, los del sector turístico, los trabajadores del transporte que se vieron fuertemente golpeados.

Yo recuerdo que el 2 de marzo, el flamante Presidente Lacalle decía “la gente ya hizo el esfuerzo, ahora el esfuerzo nos toca a nosotros”, refiriéndose a que ahora el esfuerzo lo deben hacer los gobernantes. Al parecer los gobernantes de todo el país, menos Colonia. Porque en este departamento, mientras la gente iba al seguro de paro o se quedaba desempleada, al bolsillo del Intendente ingresaron casi 2 millones de pesos en los siete meses que llevamos de pandemia. Sin contar otros servicios de los que puede usufructuar.

Ese es el costo que le generó el Intendente a las arcas públicas. Solo el Intendente. Entonces, ¿no les parece que es momento de dar una señal de austeridad en ese sentido? ¿11 salarios mínimos no le alcanzan al Intendente para vivir?

Defender el salario del Intendente en este contexto debería generarles vergüenza, como debería darles vergüenza no ser capaces de ponerse al lado de la ciudadanía en un momento tan complejo como éste.

Están nerviosos. Por eso salieron a mentir a la prensa, diciendo que Jorge Mota ganaba una cifra exorbitante en la Dirección de Salud.

Están nerviosos y no entienden que para nosotros la política es servir a la comunidad. La política no es para lucrar, no es para enriquecerse. Y el que no entienda eso, tiene que retirarse y dejarles el espacio a las personas que realmente quieren y trabajan por el bien común.

Y recuerden que los mejores no son los que más ganan. Los mejores son los que estudian, los que se forman, los que son idóneos en las áreas para la que son designados. Los mejores son los que trabajan incansablemente por las ideas, los que pelean todos los días por mejorar la calidad de vida del prójimo, sin importar el puesto que se ocupe.