COLUMNISTAS
Los bolsillos privados y los derechos de todos

Vivimos en un país democrático y el debate de ideas es fundamental para seguir siéndolo. Por eso quiero comentar algunos funestos comentarios que hizo públicamente el hombre más votado en estas elecciones internas, el senador Lacalle Pou. Y digo que son terribles, porque dejan en claro que si este señor gana las próximas elecciones de octubre, significará un retroceso para los derechos conquistados. Y la tierra conquistada, hay que defenderla.
Yo creo que Luis Lacalle Pou es un restaurador: alguien que representa los intereses de quienes quieren volver atrás, alguien que trabaja por volver al orden anterior, volver a aquel Uruguay en el cual se hacían abortos clandestinos, donde las parejas del mismo sexo tenían que esconderse y los peones rurales debían trabajar de sol a sol para ganar una miseria. Ese es el Uruguay que quiere recuperar Lacalle Pou: un Uruguay donde cualquier empresario pueda poner cientos de miles de dólares para financiar una campaña política y nadie tenga que pedir explicaciones de dónde salió ese dinero. El senador Lacalle Pou es el restaurador que estaba buscando la derecha uruguaya.
Dijo hace unos días al diario El País: “El Uruguay cree cuando la plata está en los bolsillos de los privados, no cuando está en el bolsillo de los públicos”. Esa frase resume como pocas la forma neoliberal de ver la vida, aquello que siempre defendieron Sanguinetti y Batlle y que siempre defendió la derecha: hacer crecer la torta para que se derramen los beneficios hacia el pueblo. Mentira, eso no ocurrió nunca. Y durante los gobiernos blancos y colorados desde 1985 hasta 2005, nos hicieron creer que había que generar las condiciones para que los grandes empresarios ganaran mucho y eso a la larga iba a beneficiar a los trabajadores, produciéndose un “derrame” de riqueza. Es decir: déjenle la plata a los privados y nos vamos a beneficiar todos. Mentira, nunca ocurrió así.
Gracias a los fondos públicos hay miles de uruguayos que tuvieron operaciones gratis de cataratas en estos últimos 15 años y hoy esos miles de uruguayos pueden ver. Gracias a los fondos públicos hay cientos de miles de familias que ahora tienen saneamiento y también fibra óptica y otras posibilidades de conexión a internet. Gracias a los fondos públicos los hospitales de hoy están mucho mejor de lo que estaban cuando los blancos y los colorados gobernaban y gracias a esos fondos todos los niños y adolescentes tienen una computadora personal. No solamente los hijos de las clases pudientes; todos. Y los ejemplos son interminables: cuando los fondos públicos manejan dinero, los que se benefician son los trabajadores, los jubilados y la gente que menos tiene.
Dice Lacalle Pou que su partido es el partido del siglo XXI. Sin embargo no votó la Ley de 8 horas de trabajo para los peones del campo y tampoco acompañó las principales leyes que consagraron derechos a los postergados de siempre. No sé cuál será la idea de modernidad de Lacalle Pou, pero sin dudas que viene enganchada con restaurar el viejo orden. Por algo quiere también hacer acuerdos con el partido casi fascista de Manini Ríos. No da lo mismo votar a la derecha o votar a la izquierda. Cuando te digan eso, pensalo bien.
José Luis Pittamiglio – Edil Departamental Partido Socialista (FA

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