COLUMNISTAS
Los va a despeinar la historia.
Todos recordarán que un narcotraficante llamado Sebastián Marset, preso en Dubai, logró que el gobierno de Uruguay le entregara con increíble rapidez un pasaporte mientras estaba preso. Ese pasaporte fue lo que le permitió salir de la cárcel y a partir de allí desapareció de todos los radares. Varias investigaciones, tanto de Interpol como de la policía paraguaya, apuntan a que inmediatamente después de salir de la cárcel, Marset habría participado del asesinato de un conocido fiscal del Paraguay.
La emisión del pasaporte a Marset fue un tema que ocupó al Parlamento Nacional, que recibió las visitas del canciller Bustillo y del ministro Heber, acompañados de muchos asesores de ambos organismos. Los documentos conocidos en estos días, muestran que ambos ministros le mintieron en la cara al Parlamento, tratando de tapar una sucesión de hechos muy oscuros que terminaron facilitando la salida del narcotraficante Marset de la cárcel, con la complicidad del gobierno de Uruguay.
El 3 de noviembre del año pasado, Guillermo Maciel, subsecretario del Ministerio del Interior, le envía un wasap a Carolina Ache, subsecretaria de Cancillería, en el cual le pregunta por el narcotraficante y le dice que “sería terrible” que saliera en libertad. La eficiente Carolina le responde: “Te averiguo, beso”.
Lo más grave de esta situación es que el 28 de octubre la Cancillería ya había iniciado el trámite para expedirle el pasaporte al narcotraficante Marset. O sea que Maciel preguntó y advirtió de la gravedad de la situación, pero la vicecanciller Carolina Ache no consideró oportuno revelarle a Maciel que el trámite ya estaba iniciado. Luego vienen la reunión de la vicecanciller Ache con Alejandro Balbi, el abogado del narcotraficante Marset y el trámite rápido se arregla en seguida.
Cuando el Canciller Bustillo le dice al Parlamento que en noviembre 2021 nadie sabía quién era Marset, estaba mintiendo, porque en esa fecha Carolina Ache ya estaba facilitando el pasaporte para el narco, a pesar de haber sido advertida de la situación. ¿Inoperancia, complicidad? La forma en que un narcotraficante preso en Dubai logra que el gobierno le haga llegar a sus propias manos un pasaporte, habla a las claras de quienes nos gobiernan.
Estos últimos descubrimientos dejan al descubierto que Marset contó con la complicidad de altos jerarcas de gobierno y que esos mismos jerarcas fueron a mentirle al Parlamento. Ni una cabeza ha rodado por este tema y la transparencia que alguna vez en campaña electoral prometió el Presidente Lacalle Pou, a estas alturas ya suena como una palabrita que se dice con facilidad pero no se pone en práctica. El gobierno uruguayo le facilitó el trámite a Marset para salir de la cárcel y a las autoridades de Cancillería no se les mueve un pelo.
Esto se llama complicidad y la trama de corrupción que envuelve al gobierno de coalición se hace cada vez más grande. Por mucho menos que esto, en otros países renuncian ministros y cancilleres. Acá ni siquiera se despeinan.
José Luis Pittamiglio – Edil Departamental Partido Socialista (FA)
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