COLUMNISTAS
Magisterio social y finanzas éticas, por el sociólogo Pablo Guerra

Breves comentarios a raíz de las inversiones de nuestra Iglesia en fondos con esquema Ponzi
La situación es delicada. Todas las instituciones necesitan de las finanzas para sostener sus actividades. La Iglesia no es una excepción. Ahora bien, el Magisterio Social es enfático en señalar que no cualquier esquema, sistema o método de finanzas es válido.
Allí fallamos como Iglesia. Y hablo en plural, pues incluso quienes desde hace décadas venimos planteando la necesidad de trabajar en el marco de las finanzas éticas, nos sentimos en deuda por no poder torcer el rumbo de las prácticas que hoy están en el candelero público y que tanto daño hacen a la imagen de una Iglesia sencilla, pobre y misionera como predicamos desde nuestras Comunidades de Base.
Los hechos son contundentes: al menos tres entidades de la Iglesia católica uruguaya venían invirtiendo sus capitales en “Conexión Ganadera”, empresa fundada en 1999 por dos empresarios católicos que amasaron fortunas bajo un esquema Ponzi que termina dejando un tendal de damnificados. Esas entidades junto a otras cuatro mil víctimas fueron estafadas, eso es claro, pero el caso admite también una reflexión sobre cuáles son los criterios éticos que maneja nuestra Iglesia a la hora de invertir sus ahorros. Hoy este asunto está en manos de la justicia, pero también de la opinión pública y del Pueblo de Dios. Ese Pueblo que no logra entender cómo los seguidores de Jesús que han hecho una opción preferencial por los pobres, invierten sus capitales en empresas sin escrúpulos. En estos últimos días he conversado con algunos agentes pastorales. Ninguna de las personas con las que hablé sabía de estas inversiones, aunque un cura sí recordaba que, en un encuentro del presbiterio de su Diócesis, se mencionó contar con ahorros en el sistema ganadero. Esa transparencia tan necesaria en las débiles economías de nuestras parroquias faltó en niveles superiores.
Como también faltó discernimiento en clave de ética económica. Ese discernimiento que Francisco impulsó para hacer frente a las complicadas y hasta oscuras finanzas del Vaticano (ver la carta Apostólica en forma de Motu proprio sobre algunas competencias en materia económico financiera1 ) y que tienen como fondo el cuestionamiento a las peores prácticas financieras del capitalismo salvaje señaladas en el documento elaborado en 2018 por el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral y la Congregación para la Doctrina de la Fe titulado “Oeconomicae et Pecuniariae quaestiones. Consideraciones para un discernimiento ético sobre algunos aspectos del actual sistema económico y financiero” 2 .
Recordemos que, en su origen, el movimiento de las finanzas éticas estuvo impulsado por cristianos y cristianas, así como estructuras eclesiásticas de diferentes denominaciones con alcance ecuménico. Algunas de sus principales referencias a nivel mundial beben de las fuentes del Evangelio y establecen alianzas con los movimientos populares, sindicales y de la economía solidaria para apalancar estructuras transformadoras y esperanzadoras. Como se señala en el documento citado supra, “muchas asociaciones con origen en de la sociedad civil son, en este sentido, una reserva de conciencia y responsabilidad social, de la que no podemos prescindir” (N. 34)
Seguimos creyendo que otra economía es posible, que otras finanzas son posibles. Y seguimos creyendo que nuestra Iglesia puede aportar en ese sentido. La Enseñanza Social de la Iglesia debe estar al servicio de nuestras prácticas cotidianas, incluyendo aquellas relativas a cómo canalizar nuestros ahorros y cómo asegurar la prestación de servicios tan necesarios con nuestros recursos. Deberá hacerse en clave comunitaria, con transparencia y en aras del Bien Común.
Hagamos un mea culpa y confiemos en prácticas coherentes con ese Magisterio.
1 Cfr. Carta apostólica en forma de Motu proprio sobre algunas competencias en materia económico-financiera (26 de diciembre de 2020) |
Francisco 2 Cfr. Oeconomicae et pecuniariae quaestiones. Consideraciones para un discernimiento ético sobre algunos aspectos del actual sistema económico y financiero (6 de enero de 2018).
Pablo Guerra. Nació en la ciudad de Carmelo. Estudió sociología. Profesor universitario, Profesor en Economía Solidaria para diversas Maestrías internacionales. Sus investigaciones sobre trabajo y economías solidarias lo han llevado a dar conferencias en universidades y organizaciones sociales en Europa y Latinoamérica. Asesor y consultor en temas sociales, económicos y laborales para organismos internacionales, organizaciones sociales, eclesiales y sindicales. Autor de varios libros y de artículos en medios nacionales e internacionales.

-
POLÍTICA2 días atrás
Habló Besozzi y dijo que su formalización “no es casualidad” apuntando al Frente Amplio
-
POLÍTICA2 días atrás
El candidato Viera presentó propuestas principalmente para los jóvenes
-
SOCIEDAD20 horas atrás
La vacunación en la primera infancia: un enfoque integral desde la educación
-
SERVICIOS20 horas atrás
La cartelera de cine Colonia Shopping