No hay maquillaje para tapar la urgencia del Poder Ejecutivo

Por el profesor Sergio Sommaruga. Presos de sus propios nervios, buscan un tiro al blanco y dispararan.
En la ráfaga del tiro va, además, el odio de clase impregnado.

El operativo perpetrado contra la coordinadora de ollas populares es el reflejo del desespero rapaz del gobierno por correr el foco de atención pública del bochorno nacional e internacional que representa las aristas del caso Astesiano y la asociación para delinquir montada ni más ni menos que en la torre ejecutiva.

Una conmoción política que se pega en el tiempo y en la gravedad, con la emisión del pasaporte exprés para el narcotraficante uruguayo acusado por el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, entre otra serie de delitos de alto voltaje.

Así las cosas, la vitrina más lujosa del gobierno empezó a deslucirse: su imagen pública se desdibuja.

La cara simpática y canchera no puede ocultar la incomodidad de la verdad al alcance de la gente.

La sospecha crece entre la gente.

No son lo que parecen.

Son lo que son. Y en esa demostración evidente de su carácter elijen, para intentar cambiar la página de la atención pública, atacar a una organización social que denuncia sistemáticamente la violación que perpetra este gobierno contra un derecho humano fundamental: el derecho a comer.

No es casual tampoco que el ataque a la coordinadora de ollas ocurra al mismo tiempo que otros dos acontecimientos absolutamente paradójicos:

1. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) confirma el crecimiento de la pobreza general de la población y particularmente la pobreza infantil.

2. Se confirma la previsión del aumento de la riqueza del 1% más rico del país, tras un crecimiento formidable de la expansión económica del agronegocio en el primer semestre del 2022.

El ataque contra las ollas populares no es casual.

Es premeditado.

Y premeditada debe ser nuestra defensa de la gente que, desde el amor a su condición de clase, se organiza para resolver lo que el gobierno debería hacer pero no hace: satisfacer los derechos humanos más elementales para todas las personas.

El martes 11 de octubre la coordinadora de ollas populares nos convocó a todas y todos a movilizarnos en las calles, para defendernos entre los humildes de la ruindad del gobierno de las minorías privilegiadas.

Hasta que la dignidad se haga costumbre!!