“No te olvides de los pobres…” El Papa Francisco y su magisterio social

Por el Dr. Pablo Guerra. Cuentan que apenas elegido Papa, aquel 13 de marzo de 2013, Jorge Bergoglio recibe el saludo de su colega, el Cardenal brasilero Claudio Hummes, quien le susurra al oído “no te olvides de los pobres”. Cuentan que ese gesto le llevaría a elegir el nombre de Francisco, como el Santo de Asís, aquel que prefirió dejar su vida de lujos para dedicarse a los más pobres.

El primer papa latinoamericano le hizo justicia. Primero y antes que nada, desde su opción personal de continuar con una vida austera que sintetizaría de muchas formas. Por ejemplo, al elegir como lugar de residencia la “Casa de Santa Marta” una suerte de hotel mandado a construir por Juan Pablo II para las visitas de cardenales y prelados, muy alejado de las principescas habitaciones del Palacio Apostólico. O vistiendo de manera sencilla: sus zapatos fueron los mismos de siempre, que dicen mandaba arreglar a un viejo zapatero que conoció en Buenos Aires. En segundo lugar, apelando a un estilo de comunicación sencillo y accesible para todos: “no hay que creérsela” decía con frecuencia, en un claro gesto de humildad que lo define a la perfección. En tercer lugar, quisiera detenerme en su magisterio social, esto es, en sus enseñanzas y reflexiones sobre diversos tópicos sociales.

Valga decir que la enseñanza social de la Iglesia está presente en los textos bíblicos y por supuesto en las enseñanzas de Jesús. Con el paso del tiempo, una gran diversidad de autores cristianos contribuyó a desarrollar un corpus teórico en el que los diversos asuntos sociales eran interpretados por la ética cristiana. Le llegaría así su turno, más adelante, a los Papas. Nacen en tal sentido las Encíclicas Sociales, esto es, documentos escritos por los Papas, donde se interpretan temas como las injusticias sociales, el desarrollo, la pobreza, etc. a la luz del Evangelio. Estas encíclicas sociales comienzan a hacerse presentes en el magisterio papal con León XIII en 1891. El primer texto de referencia lleva el título de “Rerum Novarum” (“de las cosas nuevas”).

A partir de éste y hasta Benedicto XVI, se habían escrito una decena de estas encíclicas, a lo que se suman otros documentos como Exhortaciones, Cartas, etc. Con Francisco se agregarían dos muy importantes encíclicas sociales, a saber, Laudato Si (sobre el cuidado de la casa en común) y Fratelli Tutti (sobre la fraternidad y la amistad social). El aporte magisterial de estas dos encíclicas fue enorme. Laudato Si, por ejemplo, es probablemente la encíclica de mayor pertinencia histórica luego de Rerum Novarum. Y es que el cambio climático y las urgencias ambientales demandaban una mirada profunda de los asuntos ecológicos y humanos. Fratelli Tutti por su parte, es un llamado a un mundo más fraterno con sendas repercusiones en las dimensiones sociales, pero también políticas e incluso económicas (caso de su llamado a una nueva arquitectura económica y financiera mundial).

Pero Francisco no se limitó a orientarnos a través de sus encíclicas. También lo hizo con un sinnúmero de intervenciones, aportes y acciones concretas que tuvieron a los más pobres y desfavorecidos como “opción preferencial”. Recordemos, por ejemplo, el profundo mensaje de sus visitas pastorales. Dos días antes de fallecer, visitaba una cárcel romana. Al salir le compartía a la prensa su impresión: “Siempre me pregunto por qué ellos y no yo”. Pero apenas elevado al altar de Pedro, decidió visitar Lampedusa, contribuyendo a visibilizar en su primera salida fuera de Roma, esa enorme tragedia que vivían -y viven- miles de familias migrantes. Fue momento para el llamado de atención a “una globalización de la indiferencia”. Su decisión de viajar a países africanos envueltos en guerras internas fogoneadas por intereses de terceros, fue oportunidad para llevar esperanzas a los desplazados y a las víctimas de la violencia. Francisco se detuvo en esas periferias. Y lo hizo recordándonos que, si hay injusticias, es porque pecamos de egoísmo, de codicia, de indiferencia. Y vaya si eso no le implicó cosechar enemigos muy importantes. Los mismos enemigos que no le escucharon en sus plegarias por la paz en momento de rearme mundial, los mismos enemigos que le cuestionaron cuando se refería a una “cultura del descarte” o a una “economía que mata” llamando a construir una economía inspirada en San Francisco, más solidaria y compasiva. Allí están sus mensajes, por ejemplo, al sector cooperativo o sus notables convocatorios a los movimientos sociales que luchan por Tierra, Trabajo y Techo; o su Exhortación Apostólica “Querida Amazonia”. En ésta decía: “Sueño con una Amazonia que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida”.

Su proclama para que los movimientos sociales no se rindan en su lucha contra las injusticias o su llamado de atención a los ricos y ávaros que reniegan de la injusticia social (“el diablo entra por los bolsillos”) nos recuerda el grito profético contra las injusticias y nos acerca a los valores del Evangelio. “Los pobres no pueden esperar”, nos decía.

Francisco llegó al Vaticano desde las periferias, pero fundamentalmente regresó el sillón de Pedro a las periferias. He allí su mayor legado. “No te olvides de los pobres” le dijo Hummes. Y respondió con creces, interpelando al poder y llamando a la construcción de una sociedad más justa y a una Iglesia más misericordiosa. Ese es el camino.

Francisco llegó un 13 de marzo de 2013 a convertirse en el primer Papa latinoamericano. Apenas algunas horas después del Domingo de Pascua de 2025, fue llamado a la casa del Padre. Desde allí, seguirá aportando a la construcción del Reino.

Dr. Pablo Guerra Aragone. Profesor Titular Grado 5 del Instituto de Sociología Jurídica de la Facultad de Derecho. Investigador Activo del Sistema Nacional de Investigadores. Coordinador de la Red Temática de Economía Social y Solidaria de la Universidad de la República. Directivo del CEDIDOSC, Centro de Estudio y Difusión de la Doctrina Social Cristiana. Mail: [email protected]