Soraya, la graciosa

Desde hace varios meses estamos planteando un tema que nos parece bastante delicado y es la situación del señor Napoleón Gardiol, que ocupa un importante cargo en la Intendencia: es el Director del Departamento de Planificación, Programas y Descentralización.

Bajo la órbita del señor Gardiol gira todo el tema del ordenamiento territorial, de la categorización de los suelos y por lo tanto muchos temas vinculados al valor de una propiedad, de un terreno o de una casa. El problema que puede surgir es que el señor Gardiol sigue siendo el Director de la empresa “Napoleón Gardiol e Hijos” o al menos ese es el dato que figura en la página web de la empresa.

Esta conocidísima empresa se dedica a los remates, compra y venta de terrenos y casas, tasación de bienes, administraciones inmobiliarias, arrendamiento de campos, etc.

Es decir que aparentemente el señor Gardiol podría estar realizando dos actividades que no tendría que hacer una misma persona o al menos uno puede tener la duda o la sospecha de que hay conjunción del interés público con el privado. Eso quiere decir que puede darse la ocasión en la cual el señor Gardiol como jerarca de la Intendencia tome alguna resolución que termine a futuro beneficiando o facilitando el terreno para beneficiar al empresario Napoleón Gardiol; o sea él mismo.

Yo no digo que esto haya ocurrido: digo que podría estar dado el escenario para que ocurra.
Por ese motivo, el 22 de febrero le hice un pedido de informes al señor Intendente, solicitando su opinión sobre esta situación y pidiéndole que me diga si él entiende que existe una conjunción del interés público con el privado. O si entiende lo contrario. Tres meses pasaron y la respuesta llegó.

Dicen que el que mejor arma una valija cuando se va de viaje, es el que sabe qué cosas no tiene que poner. Acá pasó algo similar: la señora secretaria general de la Intendencia supo qué cosas no tenía que contestar.
Porque lo más sencillo y directo habría sido, tres meses después de recibir el pedido, contestar lisa y llanamente qué es lo que el doctor Moreira opina sobre este presunto choque de intereses. Sin embargo la señora Secretaria General, la escribana Soraya Bertín, le busca la vuelta para no contestar el fondo del asunto y trata de hacerse la graciosa. Miren que la doctora Bertín es una excelente profesional y la respeto mucho, pero me parece que cuando un edil se preocupa por un tema delicado como éste, la respuesta debería ser -por lo menos- seria. Como respuesta la señora Soraya Bertín se toma el trabajo de copiar la definición que la Real Academia da de las palabras “informar” y “datos”. De allí concluye que el Intendente no tiene obligación de opinar sobre el asunto porque opinar no es lo mismo que informar.
Yo sé que Soraya Bertín no tuvo mala intención y que debe estar estresada por exceso de trabajo. No me enojo con ella. Pero me da la impresión de que las sospechas del principio, se van confirmando: el Intendente Moreira no logra explicar cómo es que en esta época de transparencias públicas y éticas privadas, el señor Gardiol parecería estar jugando de los dos lados del mostrador. Y como no tiene una
explicación clara para dar, la doctora Bertín se ofrece a sacarle las castañas del fuego, respondiendo de una manera inocua, absurda, casi infantil. Se trata de un tema serio y la señora secretaria responde de manera que me animo a tildar de irresponsable, tratando de esquivar la pregunta usando tecnicismos.
Estoy seguro que esbozó una sonrisa cuando terminó de responder, creyendo que resultaba gracioso. El Intendente tiene la obligación de opinar sobre el asunto de su primer suplente, porque Gardiol es uno de los principales referentes de esta administración. Al toro se lo agarra por las guampas y el señor intendente ya tendría que haber salido a responder clara e inequívocamente sobre la situación del señor
Gardiol, en lugar de quedarse sentado mientras su secretaria que copia definiciones de internet.

José Luis Pittamiglio – Edil Departamental Partido Socialista (FA)