COLUMNISTAS
¿Yo señor? ¡No señor!
Alejandro Astesiano, en juicio abreviado, fue condenado a cuatro años y medio de penitenciaría por los delitos de asociación para delinquir, tráfico de influencias, revelación de secreto y conjunción del interés público y privado.
David Rabinovich (Sí, Yo también) Dedicados a la política, nuestros representantes, están bajo el permanente escrutinio de los ciudadanos. Evaluamos su desempeño desde diversos puntos de vista y todos importan en alguna medida. Esperamos que sean honestos y que todo acto de corrupción sea sancionado de manera severa. También queremos que laburen y lo hagan bien; que los gobernantes sean eficientes, justos, de intachable talante republicano y democrático. Eso y mucho más nos prometen cuando están en campaña. También somos exigentes con el cumplimiento de las funciones gerenciales y administrativas de ministros y directores de entes y servicios. Sin pretensiones de ser exhaustivos, todo lo anterior tiene que ver con las características de nuestra convivencia, la calidad de nuestra democracia.
Cuando alguien, en ejercicio de la función pública, se aparta de los deberes que impone su cargo debe ser cuestionado y sancionado si corresponde. A los que se dedican a la política, a los que ocupan ‘cargos de confianza’, que son un montón de gente, les pedimos conductas éticas, respeto, cuidado de todas las personas y del interés común. Honradez, claro; coherencia para cumplir los compromisos asumidos. La ‘cosa pública’ exige una forma particular de generosidad y solidaridad con los demás. Sin embargo el desinterés personal, que sería una condición relevante, no es el común denominador. ¿Acaso me equivoco?
Tampoco el compromiso ciudadano es el que sería deseable. Cuando el régimen dictatorial nos perseguía, nos ponía categoría A, B, o C, nos destituía, nos apresaba y sometía a torturas y vejámenes, más de una vez tuvimos que escuchar (y mantener silencio): “Algo habrá hecho” “Por algo será”.
También vivimos una salida de la dictadura sin justicia. Un tema de debate y conflictos vigente hasta el día de hoy. Sobre episodios de corrupción locales, conocidos por cercanos, escuchamos argumentar: “Roban, pero hacen…” Es más, somos testigos de cómo quienes fueron tolerantes de notorias conductas impropias se transformaban en severísimos jueces de una inquisición política que instaló el ‘todos son iguales’, el ‘se robaron todo’, el ‘no hicieron nada’…
Y una parte de nuestros vecinos, compañeros de trabajo, amigos y parientes nos transformó primero en adversarios y luego en enemigos. Los conflictos pasan a ser más que disputas por ideas y/o intereses, enfrentamientos que generan una ‘grieta’ en las sociedades. La convivencia no es fácil y está llena de conflictos, algunos los dirime la justicia y otros las próximas elecciones.
De tipificar las conductas delictivas se ocupa el Código Penal. “(Asociación para delinquir) “Los que se asociaren para cometer uno o más delitos serán castigados, por el simple hecho de la asociación…” (Tráfico de influencias) “El que, invocando influencias reales o simuladas, solicita, recibe por sí mismo o por otro, para sí o para otro, provecho económico…” (Revelación de secreto profesional) “El que, sin justa causa, revelare secretos que hubieran llegado a su conocimiento, en virtud de su profesión…” (Conjunción del interés personal y del público) El funcionario público que, con o sin engaño, directamente o por interpuesta persona, se interesare con el fin de obtener un provecho indebido para sí o para un tercero en cualquier acto o contrato en que deba intervenir por razón de su cargo, u omitiere denunciar o informar alguna circunstancia que lo vincule personalmente con el particular interesado en dicho acto o contrato…
Constituye circunstancia agravante especial que el delito se cometa para obtener un provecho económico para sí o para un tercero.”
Creo que “el caso Astesiano” es un ejemplo de cómo se procesan los conflictos en nuestra sociedad actualmente.
Graciela Bianchi (@gbianchi404) twitea: “Hoy culminó una etapa en la investigación sobre las irregularidades con pasaportes rusos. Astesiano es un “perejil” mitómano. Hoy habló la JUSTICIA (Fiscalía y Juez) y es COSA JUZGADA. Ahora a profundizar el tema de fondo que “casualmente” ahora estalló en Argentina.”
Alejandro Astesiano logró un acuerdo con la justicia y se llegó a una sentencia (consignada más arriba) luego de un juicio abreviado. Sobre el caso han corrido ríos de tinta, verdaderos torrentes de televisión, radio y redes sociales. El Presidente, conociendo sus antecedentes, le confió la seguridad de su familia y la suya propia. Pasó de ser hombre de su absoluta confianza a residir en una prisión. Se incorporó a la organización que fraguaba pasaportes en 2021, pero el negocio funcionaba desde 2013. La situación no fue detectada por el gobierno del FA, tampoco funcionaba en el piso 4 de torre ejecutiva hasta que ingresó A. A. a la ‘orga’.
Se condenó, en cuestionado “proceso abreviado”, a Alejandro Astesiano como autor de un delito de asociación para delinquir en reiteración real con un delito continuado de tráfico de influencias, un delito continuado de conjunción de interés personal y público y un delito continuado de revelación de secretos a la pena de cuatro años y seis meses de penitenciaría, con descuento de su preventiva que cumple desde el 28 de setiembre pasado. Si la intención fue poner un punto final al escándalo no se logró ese objetivo.
-
SOCIEDAD2 días atrás
Una adolescente de 13 años se quitó la vida en Nueva Palmira
-
NECROLÓGICAS1 día atrás
Necrológicas – Diciembre 2024
-
SERVICIOS1 día atrás
Descuento de UTE a casi 700 mil buenos pagadores
-
POLICIALES23 horas atrás
Ataque en Rosario: le amputaron una falange y le hicieron varios cortes
-
POLICIALES2 días atrás
Vacunos sueltos en la ruta provocaron siniestro fatal en el departamento de Colonia
-
POLÍTICA1 día atrás
El gabinete del futuro presidente Yamandú Orsi
-
SOCIEDAD2 días atrás
En 12 años la población de Uruguay creció en 86.815 habitantes. Informe departamento por departamento
-
SERVICIOS4 horas atrás
Viernes de “lluvias y tormentas de variada intensidad”