El cumpleaños inolvidable

Por Claudia Lozano. Cuando aquel cuerpo pequeño, sin cabeza y totalmente bañado en sangre, dio unos cuantos pasos tambaleantes hacia donde se encontraba una docena de chiquillos que curiosos y aterrorizados habían presenciado unos minutos antes la escena de una muerte que parecía sacada de un cuento de horror, todos corrieron despavoridos hacia la puerta principal de la vieja vecindad que era su mundo, y que se encontraba en un barrio en el cual la violencia era el pan de cada día

Antes de aquello, en aquel día soleado de agosto en que Daniel cumplía once años, los doce niños descalzos y con la ropa zurcida que vivían en aquel vecindario gritaban y corrían divertidos en el patio, tratando de esquivar los animales domésticos con los que compartían su espacio cotidiano.

Don Cuco, el padre de Daniel, quien trabajaba como velador nocturno en una fábrica, se asomó adormilado repetidas veces por la ventana de su recámara que daba al patio exigiéndoles que lo dejaran dormir. Todo fue inútil, el griterío siguió alegre e inclemente.

Pero la diversión se interrumpió abruptamente y dio paso al horror, cuando vieron cómo don Cuco aparecía cuchillo en mano y tomaba por el cuello a esa pequeña criatura que, sintiéndose atrapada y presintiendo lo peor, hizo todo lo que pudo para zafarse de aquella manaza que empezaba a asfixiarlo. De nada le valió toda la resistencia que puso. Don Cuco, con su descomunal fuerza la arrastró por el patio de la vecindad, seguido por la chiquillería morbosa y aterrada, hasta donde se encontraban los lavaderos de piedra. Se colocó atrás de ellos, apretó la cabeza de la pobre criatura contra la dura pared de un lavadero y de un tajo en el cuello le cortó la cabeza con un movimiento rápido y preciso.

La sangre brotó a borbotones de aquel cuello rojo y brillante, don Cuco con el cuchillo ensangrentado en la mano derecha y la desmadejada cabeza de la criatura en la izquierda observaba como hipnotizado la testa cercenada como si fuera un premio a su habilidad para quitar vidas.

El silencio era sepulcral. Aunque estaban más que acostumbrados a ver sangre, ese día en particular el terror se multiplicó, porque el cuerpo sin cabeza de la criatura quedó de pie bamboleante y dio unos cuantos pasos desorientados hacia donde se encontraban todos los horrorizados chiquillos, a quienes se les había puesto la piel de gallina. Súbitamente todos los pequeños dieron la media vuelta y con los ojos saltados y el corazón latiéndoles a mil por hora corrieron hacia la puerta de la vecindad, como si al atravesarla pudiesen despertar mágicamente de aquella pesadilla.

Esa misma tarde, todos más calmados y sentados alrededor de la mesa, ninguno de los pequeños invitados se atrevió a abrir la boca para probar aquel platillo, elaborado por la madre de Daniel, con la gallina que don Cuco había sacrificado esa mañana, detrás de los lavaderos de la vecindad.

*Nació en México y reside en Reino Unido. ‘El cumpleaños inolvidable’ fue publicado en el libro ‘Visitantes II’, recopilación de cuentos de escritores del taller de narrativa en Londres bajo la coordinación del escritor Enrique D. Zattara
En ‘Visitantes’, los escritores son de habla hispana. Gentilmente comparten sus obras con los lectores de EL ECO