Exposición en el museo de Palmira: “Aquí te dejo mi corazón”

Jorge Frogoni, encargado del museo ‘Roselli’, señaló a EL ECO que “la exposición fotográfica está abierta hasta el domingo 15 de marzo”, en el horario de “9 a 15 de miércoles a viernes y de 8 a 13 sábados y domingos. Todavía no tenemos confirmado si vendrá el curador Eduardo Montemuño”
Se trataría de unas 28 fotos, muestra que está recorriendo el país a instancias de “la Red Uruguaya de Cementerios y Sitios Patrimoniales”.

Secretos, y el por qué de las fotos

La muestra denominada ‘Hai Mahatu te here atu kia koe’, que signfica “Aquí te dejo mi corazón”, es tomada de la expresión que “se repite en muchas lápidas del cementerio local de Isla de Pascua (Chile), en distintas oraciones y con distintos sentidos, pero siempre con la misma intención: manifestar de algún modo el cariño, el afecto y el amor que existe entre los vivos y los muertos”, reseña la historiadora del arte y fotógrafa, Paula Andrea Parada, a modo de presentación de su exposición.

“Cuando un ser querido muere nos provoca un vacío enorme, en Rapa Nui intentan hacer perdurar ese nexo, como si el otro no se hubiese ido, está ahí, presente, en ese pedacito de tierra, frente al mar, mirando hacia Tahai, custodiado por los ancestros, de cara al sol y bañado por las olas.

En una visita fotográfica al cementerio, observé una familia que se acercaba a dejar flores a una tumba, como el cementerio es pequeño, la brisa del mar me trajo el sonido de su diálogo y pude oír retazos de la conversación que sostenían con quien allí, enterrado estaba. Amable y dulcemente le comunicaban que viajarían al continente por unas semanas para resolver lo que ‘aquel’ ya sabía. Nuevamente aparece ‘mahatu’ en la despedida, y así es cómo se va incrustando esa palabrita en mi memoria.

‘Hai Mahatu te here atu kia koe’, viene a ser como nuestra cristiana jaculatoria: ‘en unión de corazones’, o unidos en el espíritu, hermosa oración que es un compendio de vida cristiana, sincretizado con las costumbres ancestrales de este pueblo, que permanece fiel a sus muertos, a través de esos grandes monumentos megalíticos que son los Moai, hieráticos tutores erguidos en el Ahu, mirando hacia el interior de la isla, vigilando y protegiendo a su pueblo, que no los olvida, que trabajan y velan por salvaguardar sus costumbres, tradiciones y todo lo que de ellos heredaron, incluida su lengua”.

Cierra su mensaje la fotógrafa señalando que “entrego un pedacito de mi corazón en estas imágenes, que retratan el patrimonio funerario de una gran isla ubicada en el Mahatu del Océano Pacifico”.