CULTURA
Jugar con la muerte

Por la escritora Ada Vega. Aquella tarde de domingo el bar se encontraba desierto. Jugaban los dos grandes en el estadio y desde temprano, los fanáticos aguardaban en las tribunas.
Yo caí a “Los Yuyos” como a las tres de la tarde. Arnoldo, sentado en la caja, estaba pendiente de una película sueca de los años sesenta llamada “Adorado John”, una película que dio que hablar en aquellos años. En el otro extremo del mostrador, Dante leía el diario. Me servía un café cuando entró la muerte restregándose las manos.
Dos por tres venía la fulana a jugar a las cartas con Guillermo, un muchacho motoquero que le gustaba jugar con ella. A mí nunca me gustó jugar con la muerte. No porque le tenga miedo, le tengo respeto por vieja, y desconfianza por tramposa.
Se sentó en una mesa junto a una de las ventanas que da sobre Luis Alberto de Herrera, pidió un mazo de cartas y me hizo señas invitándome a jugar.
—No quiero jugar —le dije.
—¿Me tenés miedo? —me contestó.
—Sabés que no me gusta jugar con tramposos.
—A veces hay que transar para conseguir una tregua.
Tenía razón. Guillermo demoraba, estaría en el estadio. Me senté a jugar.
—¿Por qué tan temprano por el boliche?
—Yo no tengo horario.
—Por lo general venís de noche.
—Porque es cuando hay más trabajo, hoy terminé temprano.
—Trabajo ingrato el tuyo.
—Cortá. Trabajar es ingrato, no se debería.
— Pero tu trabajo es inhumano.
—Jajaja, ¡tal vez!
Jugamos dos partidos y ganamos uno cada uno. No quise jugar el bueno por no darle chance.
En el estadio había terminado en empate. El bar comenzó a llenarse de parroquianos.
Dejé a la muerte y me acerqué al grupo a escuchar los comentarios del partido. En medio del revuelo, las opiniones a los gritos y las risas, llegó un vecino a contar que Guillermo había muerto en un accidente. Me di vuelta hacia la mesa donde minutos antes había estado jugando a las cartas. La muerte se había ido.
—¿Cuándo pasó? ¿A qué hora fue?
—Chocó con la moto cuando iba para el estadio a ver el partido.
Me quedé pensando en la muerte.
—Hoy terminé temprano —había dicho.
“…esa puta vieja y fría, nos tumba sin avisar.”
-
SOCIEDAD3 días atrás
Los árboles de Punta Gorda no son postes para carteles
-
SOCIEDAD2 días atrás
El Hospital de Palmira quedo hecho una pinturita
-
POLÍTICA2 días atrás
Publicidad que te sonríe cuando te estás endeudando sin salida
-
SERVICIOS3 días atrás
Curso para manipuladores de alimentos en Ombúes de Lavalle
-
SOCIEDAD2 días atrás
No te pierdas la edición papel de EL ECO de este sábado 3
-
NECROLÓGICAS2 días atrás
Necrológicas – Junio 2023
-
SOCIEDAD1 día atrás
Por qué alumnos de ERCNA Carmelo aparecen registrados en Escuela Marítima de Montevideo
-
POLÍTICA1 día atrás
La fractura del Frente Amplio en la Junta Departamental de Colonia