Cuando los comenzás a disfrutar se van con sus goles y sus moñas

En Peñarol los últimos fueron Forniliano y Piquerez, pero antes cuando comenzaron a brillar se marcharon Pellistri, Brian Rodríguez, Darwin Núñez, Hernández  o Diego Rossi. Ahora se habla que Facundo Torres se iría en el mes de agosto “en una cifra record para el fútbol uruguayo”.
También ya se fue Santiago Rodríguez de City Torque para la MLS
En Nacional ya anunciaron que Corujo se va para Italia o México  y que a Ocampo le llegan insinuaciones por doquier. Sólo falta que la cifra sea lo suficientemente atractiva para que los dirigentes bolsos y contratistas acepten y el fútbol nuestro y Nacional nos quedemos sin la interrogante que nos surge cuando entra a la cancha: ¿a ver qué hace Ocampo?
Y el éxodo continuará mientras desde nuestro país continúen surgiendo talentosos y aparezca la negociación del contratista de turno o el interés los clubes poderosos tienen para pagarles cifras inimaginables.

Después serán historia o tendremos la dicha de verlos con la camiseta celeste.

Por supuesto que cada uno es dueño de su vida y de aprovechar las oportunidades que se nos brindan, pero después no nos quejemos del nivel de nuestro fútbol y de que no pasemos a las semifinales de la Copa Sudamericana o de la fase de grupos de la Copa Libertadores.
Las razones y argumentos están a la vista y con abultadas cantidades de dinero.