🔑 Julio Buenahora, su guardaespaldas: “Me duele que no se haya defendido lo necesario lo que construyó Tabaré”

Cada palabra que le escuchamos durante la nota fue de admiración y respeto por el ex presidente  Vázquez, y más en los últimos meses de su mandato porque sabían que el desenlace estaba muycerca,“lo veíamos desmejorado, lo que se sabía en forma extraoficial fue lo que terminó pasando”.
Era uno de los que siempre aparecía en las fotos cerca del Presidente. Es que hay veinte años de historia de Julio Buenahora con Tabaré, primero como militante y luego como hombre de confianza. “Estuve 20 años con Tabaré. Yo milité cinco años como seguridad suya cuando perdimos la elección con Jorge Batlle, toda esa campaña la pasé con él a militancia pura,  apoyando al candidato del Frente Amplio que era él. Después tuve la fortuna de que quiso que siguiéramos con él,  y entonces tuve 15 años integrando la Seguridad Presidencial. Estuve en su primer período que fue histórico, estuve en el período de Mujica y en el segundo mandato hasta el pasado 1 de marzo”.

Viaje de película

“Era una persona muy formal”, nos cuenta, “eso lo quiero destacar, respetuosa, muy humana pero muy formal. Yo estuve 20 años con él pero siempre lo traté de usted, y siempre compartí muchos momentos con él, su señora y los hijos. Fue una tarea que jamás voy a olvidar porque siempre aprendías algo, en cada segundo aprendías algo”.
Con el presidente Vázquez también recorrí el mundo, “tuve la fortuna de ir a Ecuador, Bariloche, Arabia Saudita en un viaje tremendo, a Francia, a Brasil, a muchos lados”, contó.
En Arabia Saudita “fue increíble, arrancamos sin saber adónde íbamos, fuimos a la supuesta casa de descanso del rey de ese momento, el rey de Arabia; recorrimos mucho desierto, y de repente comenzamos a ver vegetación en el medio del desierto, animales sueltos, muchos animales sueltos,  y ahí llegamos a la gran carpa donde nos esperaba el rey. Y era una cosa como en las películas, una mesa llena de comida hasta arriba, unas uvas del tamaño de pelotas de tenis, era una carpa inmensa en el medio del desierto y el rey se quedaba en un motorhome, el presidente también. Pero ahí en la carpa recibía a la gente. Eso fue en la primera presidencia y parecía que estábamos dentro de una película”, contó.

Cerca de la gente

“No era un hombre fácil para su seguridad porque no se apegaba mucho al protocolo, Tabaré era muy con la gente, veía gente y se acercaba, era su manera de ser”, cuenta Julio.
Lo consultamos sobre los temas de seguridad y nos dijo que “en el primer período de gobierno había mucho temor, era la primera vez que el Frente Amplio ganaba una elección y a nivel de los comentarios,  uno de los miedos era si realmente se entregaba o no el gobierno. Adentro no se vivía eso pero era el comentario popular de entonces. Tuvimos mucho trabajo entonces, mucho trabajo.
Tabaré encontró las arcas casi vacías, tuvo que trabajar mucho, desde las seis de la mañana hasta que terminaba. Se desgastó mucho en ese período, fue el de más desgaste en las tres presidencias del Frente Amplio”, afirmó.
“Algún día se va a saber con más justicia lo que se hizo en aquella primera presidencia porque se hablan muchas estupideces como el tema de los medicamentos cuando fue él el que impuso la compra de medicamentos de alto costo en su gobierno”.

Trabajo permanente

“Nosotros no teníamos libre, trabajábamos fin de semana, feriado, navidad y año nuevo”, nos cuenta “lo hacíamos con muchas ganas y motivados porque cuidábamos al Presidente de la República. Y Tabaré nunca nos dejó afuera, estábamos donde estaba él con su familia y sus hijos o en sus casas. Siempre nos llamó para adentro, siempre compartió esos momentos con nosotros”, cuenta.

Los equipos de custodia

“Éramos tres equipos y tratábamos de turnarnos. Tabaré y su familia tenían una humanidad terrible. Me acuerdo que su señora salía con comida de la parrilla que estaba en la casa y también para los soldados que estuvieron al principio en una esquina de la casa”.
Era un hombre muy pausado para hablar pero muy directo, recuerda. “No era difícil trabajar con él porque era una persona recta, no era improvisado. Siento un gran respeto y una gran humanidad por un hombre que fue tan importante y sencillo a la vez”.

– ¿Cómo llegó a su guardia personal?
– Llegué por lo que hago. Hace 35 años que hago Kung Fu, tiene partes de defensa personal y yo enseñaba defensa personal,  y un día me enteré que necesitaban a alguien y me invitaron por el sector político en el que militaba. Ahí comencé a enseñarle defensa personal a los compañeros que hacían de seguridad y yo los apoyaba como acto de militancia, honorariamente. Fui su seguridad durante aquella campaña electoral y luego estuve desde el primer día que asumió hasta el último día que dejó la presidencia.
No me acerqué por interés, me acerqué como militante voluntario cuando era candidato y después tuve la suerte que quiso tenernos cuando asumió como Presidente.
Entonces estuve como un integrante más de uno de los grupos, después estuve a cargo de la defensa personal del grupo presidencial, tuve el honor de ser Segundo Encargado y después Jefe de Equipo. Había tres equipos. Con Tabaré integraba el equipo de seguridad móvil, que es el más cercano. Luego con Mujica pasé a la seguridad fija y cuando volvió a ganar Tabaré volví al núcleo más cercano.

Liliana Estavillo, Tabaré Vázquez, Abayuba Buenahora, Julio Buenahora. “En enero, al final de su mandato nos invitó a la Estancia

Anchorena como invitados, porque siempre habíamos ido a trabajar. Un gran gesto de un grande”, dijo Julio Buenahora a EL ECO.

Las llaves

Recuerda de la primera presidencia que no hubo transición alguna y que todos, presidente y ministros, asumieron en lugares que eran un desierto, “cuando fuimos a Suárez a que nos entreguen la seguridad presidencial, lo único que encontramos fueron las llaves colgando en los llaveros”, contó. Había “solamente una persona para que nos abriera la puerta, que después se fue. Eso fue todo lo que encontramos”, dijo.
“A eso lo viví yo, no me lo contaron, lo viví”, dijo. Eso no se dijo nunca lo suficientemente fuerte, señaló, “yo lo viví y fue en todo el gobierno. Cuando llegó el Frente Amplio no había nada, dejaron las llaves y se fueron” y de esa experiencia llegando al presente “me duele que no se haya defendido lo que construyó Tabaré, lo que hizo el Frente Amplio”, remarcó.

Lo que queda

“Siempre digo que lo único que uno se lleva de esta vida son los momentos vividos, después no te llevás más nada porque lo material no te lo llevás, pero lo vivido, lo que queda en tu ser, en tu espíritu, eso se va con vos. Y seguro me voy a llevar lo que viví con Tabaré”, señala con orgullo. “Cada uno está en el lugar que le tocó vivir y a mí me tocó compartir toda esa experiencia desde la seguridad. Todas las charlas que pudimos tener, cosas y temas humanos que pudimos intercambiar con él son parte de una gran experiencia”.
Cuando le preguntamos si había vivido algún momento de peligro por la vida del Presidente nos dijo que “en seguridad te pagan por ver fantasmas, siempre estar preparados para el peor escenario, asegurar el lugar para que a la persona no le pueda pasar nada. Haya algo o no haya algo, porque los presidentes reciben siempre alguna amenaza que otra. Tabaré siguió trabajando como médico y eso generaba más preocupación para la seguridad”, contó, pero “si hubo algún momento difícil no lo puedo contar”, nos respondió.

Volver a las fuentes

Julio Buenahora está desempleado del Estado. Con el final del mandato de Tabaré Vázquez se le acabó la relación con el Estado y por lo tanto volvió a poner en funcionamiento su academia de artes marciales, donde enseña a niños y jóvenes lo que además de un deporte es una filosofía y una actitud ante la vida. “Yo lo hice porque es lo que aprendí, lo que sé hacer, lo que estudié. Lo hice de corazón, así que no me pesa el hecho de no tener un empleo en el Estado. El buen nombre y el conocimiento que tienen de uno por su trayectoria en la vida es mucho más importante que estar o no estar en el Estado, que tener más o menos dinero”.
Muchos compañeros terminaron su trabajo el 1 de marzo y se fueron para su casa como corresponde, señaló “estoy feliz con saber que éramos referentes de Tabaré Vázquez. Hoy soy referente de las artes marciales en Uruguay y Latinoamérica y eso es un orgullo. Es lo que te llevás al final del viaje”, remarcó.