POLÍTICA
Diputada Liliana Chevalier destaca lucha de las mujeres en Uruguay
La legisladora Liliana Chevalier, integrante del equipo de la diputación del FA por Colonia, habló en el marco del Día de la Mujer en la Cámara de Representantes, hizo referencia al “suceso histórico marcado por el derramamiento de sangre, el abuso, la explotación y la impunidad. La lucha – su lucha- por mejores condiciones de trabajo determinó muchas muertes, pero no olvido. Es así que la memoria las revive cada 8 de marzo”.
Siguió diciendo Chevalier, “Paralelamente otras mujeres con otras raíces culturales, luchaban por el derecho al voto, a elegir y a ser elegidas; fueron conocidas y recordadas como “el movimiento sufragista” Las mujeres uruguayas no permanecieron ajenas a estas dos vertientes: Paulina Luisi comprometida con la causa sufragista y la creación de organizaciones sociales y sindicales de mujeres, fué la primer mujer uruguaya en obtener el título de médico. En honor a ella, la Bancada Bicameral Femenina y el Comité de Cardiopatía en la Mujer de la Sociedad Uruguaya de Cardiología apoyaron la presentación de proyecto de ley que declara al 9 de marzo como Día Nacional de Concientización de la Salud Cardiovascular de la Mujer.”
“Como referente en lo sindical, y trabajadora, recordamos a la diputada comunista por dos períodos, y senadora, Julia Arévalo, pionera en la conquista de espacios en el ámbito político nacional y continental.
Dos vertientes y un solo clamor: la transformación social que mejore la democracia y la justicia social, reivindicando el papel de la mujer. Los derechos de la mujer permiten la construcción de una democracia mucho más profunda. Esto supone una lucha continua contra las prácticas y discursos autoritarios y de pensamiento único.
Seguimos haciendo camino al andar, y en Uruguay, declaramos marzo como el mes de la mujer. ¿Por qué? Porque hemos avanzado en el reconocimiento de nuestros derechos, y queremos seguir visibilizando los pequeños y grandes logros conquistados desde la lucha, a partir del posicionamiento en lo laboral y, sobre todo, en lo político.
Durante estos últimos años, se impulsaron acciones para lograr más igualdad, con propuestas que permitieron mayor equidad, como la ley de acceso a la seguridad social de las empleadas domésticas y el reconocimiento de su día, la Ley de Prevención y Combate de la Trata de Personas, la Ley de Defensa al Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva, la ley de acceso de las trabajadoras sexuales a la seguridad social, la ley sobre la extensión de licencia maternal, la ley integral contra la violencia de género, entre otras.
Sin embargo, la sanción de leyes no basta; estas recogen el sentir y el pensar de un grupo importante de la sociedad, pero, para que sean una realidad, es necesario que todos y todas nos apropiemos de ellas. Entretanto, es responsabilidad del Estado velar por su cumplimiento y diseñar políticas focalizadas que, recogiendo el espíritu de las leyes, atiendan los grupos de mujeres más vulnerables, ya sea por razones económicas, de etnia, de adicciones, de privación de libertad, por ser jefas de hogar, etcétera.
¡Basta de discriminación contra la mujer! ¡Basta de discriminación por etnia! ¡Basta de discriminación por clases! ¡Basta de discriminar!
Paralelo a esta realidad pública, en cada paso que damos adentrándonos en el mundo de lo privado, queda al descubierto la sobrevivencia de inequidades arraigadas en la sociedad en detrimento de la mujer. Puertas adentro de la relación, queda al descubierto el abuso de poder que se transforma en violencia: violencia verbal, violencia sexual, violencia física, que culmina con el asesinato. Según ONU Mujeres, Uruguay encabeza el listado regional de violencia doméstica. Lamentablemente, este 8 de marzo fueron hallados los restos de la mujer buscada en Maldonado.
La realidad nos interpela y nos exige que marzo de 2020 sea de reflexión sobre la sociedad. Debemos abrir una profunda mirada introspectiva, que nos permita correr el velo cultural que obstaculiza nuestro pensamiento y nuestra acción, para poder decir “No” a esta forma de hacer las cosas; decir “No” a esta convivencia violenta y opresiva. No podemos y no debemos seguir buscando fuera de nosotras y de nosotros, sino en nosotras y en nosotros, los cambios que pretendemos de la sociedad.
Marzo‑2020 nos exige a nosotras, mujeres, reestructurar nuestro pensamiento, profundizando en lo femenino, transitando en caminos de libertad, compartiendo con otros géneros la construcción de una sociedad más equitativa y respetuosa de nuestras enriquecedoras diferencias. Pues, tal como decía Simone de Beauvoir: “El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente”.
En marzo‑2020, en Uruguay, reivindicamos el respeto hacia la mujer, la concientización de su valor y la profundización del cambio social para transformar la sociedad a efectos de que sea más justa para todas y todos.
Convocamos, exhortamos, a colectivizar cotidianamente las conquistas de género en lo legal, en lo laboral, y a compartir los reclamos de género, nuestros sentimientos y emociones. Solo así lograremos que las leyes aprobadas sean defendidas por todos y todas; solo así no habrá más violencia de género; solo así detendremos las muertes; solo así se hará realidad una sociedad menos violenta y más justa”.
Estas fueron las palabras de la Diputada Liliana Beatríz Chevalier Usuca inmediatamente después hubo aplausos en la sala y en la barra de la Cámara de Representantes
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