COLUMNISTAS
El capital no quiere democracia

Por David Rabinovich, San José, 15 de agosto de 2018
“El capitalismo no necesita más de la democracia. En Brasil tenemos un sector del Poder Judicial que está atentando contra la democracia todo el tiempo. Con los medios primero construyeron una versión sobre el golpe y por qué había que sacar a Dilma.”1
La traducción no ayuda mucho pero queda claro que un sector del Poder Judicial y ‘los medios’ sustituyeron ‘el partido de las derechas’ que la élite brasilera no tiene. Cuando los medios y la justicia toman la posta política -para disputar el gobierno al ‘progresismo’, en representación y contubernio con el poder financiero, la oligarquía terrateniente, las cámaras empresariales y los gerentes internacionales-, la democracia es un estorbo. Para sostener esta afirmación transcribo de varios autores.
Manuela D’ Avila sostiene que “A Lula no le perdonan haber sacado a la gente a la calle, que el pueblo tenga plata, que los hijos de las empleadas que están en las casas puedan ir a las Universidades. No le perdonan que el pueblo exista. Nuestro pueblo nunca ha tenido universidad y ahora sí. Nunca ha tenido plata para gastar en los restaurantes y en los shoppings y ahora sí. Eso es lo que no han perdonado a Lula.” ¡Qué lejos estamos de una revolución anticapitalista! Sin desmerecer el impacto que tiene el acceso a la educación para los sectores populares, si el hecho que los pobres vayan de shopping o en un restaurante se sienten a la mesa, motiva la furia desatada que vemos en Brasil ¿qué podemos esperar frente a un intento de cambiar las bases sociales y económicas del sistema en Brasil, Argentina, Uruguay u otra cualquiera de nuestras repúblicas?
De todas maneras, hay que decir que ‘el pueblo’ necesita mucho más que plata para que haya justicia y libertad.
Hoy Lula está preso y el Partido de Lula aliado con el Partido Comunista do Brasil protagonizan la construcción de una nueva alternativa de izquierda. No olvidemos que Temer llegó a la vicepresidencia de la mano de Dilma y que Meirelles2 fue presidente del Banco Central con Lula y es Ministro de Hacienda de Temer.
La novela “Desde el jardín” de Koszinsky y la película que vino después, muestran un hombre simple, cuyas parcas respuestas son interpretadas como provenientes de un intelecto superior y el hombre es elevado al más alto sitial. El principio de Peter se cumple de forma inexorable: por eso tenemos presidentes como Tramp, Macri o Maduro.
Miremos “la historia del estado de bienestar, la historia de los derechos laborales y sociales, la historia de la promesa de que los hijos vivirían mejor que los padres…” Esa historia muestra que la mejora del nivel de vida genera insatisfacción, mayores demandas, nuevos desafíos. Soledad Platero (La Diaria) aporta: “Y me sorprendo, una vez más, genuinamente, por la facilidad con que nos dejamos convencer de que la angustia, la intranquilidad y el miedo provienen del riesgo de ser robados, y no de la amenaza siempre latente de perder el trabajo, de no poder pagar las cuentas, de no tener dónde vivir.” Hay que refundar nuestra convivencia.
De la aguda pluma de Edgardo Mocca (Página 12) siempre se aprenden cosas interesantes. Esta vez afirma que en el discurso de la derecha “hay un solo enemigo y es la corrupción.” “Los políticos (todos) agitan falsas banderas para justificar sus injustificables ingresos. Hablan de proyecto nacional y popular, de reivindicaciones sociales. Pero no sólo eso, también hablan de cambio, de transparencia, de pobreza cero”. La derecha proclama que “Hay que salir de los gobiernos “ideológicos”. Hay que construir un centro político de naturaleza moral y de pericia técnica. Ese centro político tiene que guiar una transición. Es necesario formar un “gobierno de transición”, un “gobierno técnico” (…) Hay que encontrar la figura que encarne ese gobierno que esté por encima de la política.
¿Nos suena conocido? El periodista argentino se refiere a su realidad y desde ella advierte: “Lo más probable es que la Argentina que viene sea la del antagonismo agudizado entre dos proyectos de país. Y que el lugar del medio siga siendo una quimera de políticos del sistema que aceptan todo, menos el riesgo…” No falta quien sostenga que la única forma de convocar a las clases medias de la sociedad es provocando el odio.
Leyendo Página 12 me entero que Milagro Sala “creó una red de organizaciones sociales que se convirtió en una poderosa herramienta política de los sectores más vulnerables de Jujuy. Cualquier gobierno tenía la obligación de aceptar como interlocutor a ese amplio movimiento que convocaba la Túpac Amaru. Esa herramienta política niveló el esquema de poder a favor de los pobres.” La organización popular “construyó más viviendas populares, en menos tiempo y con costos más bajos que cualquier otra constructora privada haya construido en Jujuy. Construyó barrios populares con miles de viviendas, zonas de esparcimiento y piletas de natación. Construyó escuelas primarias y colegios secundarios, salas de salud en zonas populares, creó cooperativas para las obras y hasta fábricas de bloques para la construcción.” Milagro Sala también está presa, sin haber cometido delito comprobado alguno.
Acaso ¿es posible demostrar que la democracia permite cambios en forma pacífica que amplíen derechos y acaben con injusticias? La historia parece mostrar que no a largo plazo. No de forma permanente. Los procesos virtuosos se cortan por las buenas o por las otras- y las restauraciones, traen un avance del capitalismo salvaje que parece incontenible.
Los temas en la agenda, con frecuencia, no son los más importantes. Emir Sader lo explica bien: “Claro que se han valido, en gran medida, del monopolio que la derecha ejerce en los medios. Pero ello no justifica, por sí solo, esos reveses de la izquierda, porque ese monopolio siguió existiendo durante los años de éxito de los gobiernos antineoliberales, sin lograr imponer su visión de la sociedad. Por lo tanto esos reveses no sólo no eran inevitables, como no habrían ocurrido si no se hubieran dado errores graves de la izquierda.”
Con verdadera clarividencia Humberto Ecco explicó que la estrategia de la derecha: “es desplazar las cuestiones sociales del centro de las preocupaciones de las personas, para centrarse en la corrupción, en la crisis económica, en la incapacidad de los gobiernos para controlar la inflación o resolver el problema de la inseguridad (no el de la violencia). Así lograron imponer una imagen de fracaso de esos gobiernos.”
1 Manuela Pinto Vieira d’Ávila (Porto Alegre, 18 de agosto de 1981) es una periodista y política brasileña, afiliada al Partido Comunista de Brasil (PCdoB). Fue diputada federal por Río Grande del Sur entre los años 2007 y 2015. En 2013, fue líder de su partido en la Cámara de los Diputados. (Wikipedia)
2 Henrique de Campos Meirelles (Anápolis, 31 de agosto de 1945) es un ejecutivo, empresario y político brasileño. Ejecutivo del sector financiero brasileño e internacional, y expresidente del Banco Central de Brasil (BCB), cargo que ocupó de 2003 a 2011. Desde el 12 de mayo de 2016 es ministro de Hacienda de Brasil, en el gobierno de Michel Temer. (Idem)
3 Jerzy Kosinski. Desde El Jardín, es una novelita excelente, narrada con sencillez y encanto, desde la paz que inspira el personaje de Mr. Chance. Chance es capaz no sólo de sobrevivir, si no de llegar a las más altas esferas de la sociedad hablando de lo único que conoce, su jardín, un discurso que se toma por metafórico y dotado de gran sapiencia por empresarios, políticos, medios de comunicación… (Idem)

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