Juan Lacaze rinde homenaje a Julio Picca

En homenaje al luchador social, político y dirigente sindical Julio Picca, se realizará un acto este  sábado 24 de febrero a las 11:30 horas junto a la calle que ahora lleva su nombre en Av. Artigas esq José Salvo, ciudad de Juan Lacaze.

Según la reseña que aportaron los compañeros de Juan Lacaze, Julio César Picca, cristiano comprometido, militante y dirigente sindical y del Partido Demócrata Cristiano en Juan Lacaze.

Nieto e hijo de inmigrantes italianos, fue el quinto de ocho hermanos y el primero que nació en Juan Lacaze. Padre de tres hijos (poco antes de su fallecimiento la vida le permitió conocer su primer nieto). Joven obrero, integró la JOC (Juventud Obrera Católica) con un compromiso de fe que impregnó luego toda su vida.

Preso político en los años 70 y exiliado en Dinamarca entre 1981 y 1987, regresó para lidiar -junto a sus compañeros de la Agremiación Obrera Textil- con el el inexorable fin de la empresa Campomar (que él mismo vaticinó).

Artista plástico, trabajó con inspirada dedicación el noble metal que en sus manos adquiría bellas formas, las que solo el artista es capaz de conseguir. Otra forma de trascender de Julio. Son muchas sus obras, entre ellas una que todos podemos admirar en el Templo Parroquial: las puertas del Sagrario fueron repujadas por él.

Tolerante, virtuoso, sencillo, humilde, honesto, sincero, amigo y con mucho carácter, así podría definírselo.

Y para finalizar una frase suya, publicada en la Voz de la Arena en mayo de 2003 “No tengo nada de qué arrepentirme, ni nada para reclamar”.

Esta reseña está extraída de la página del instituto Juan Pablo Terra

Julio fue un líder indiscutido del movimiento sindical, querido y admirado por sus compañeros, y respetado por sus adversarios, luchador incansable en lo que hace a la reivindicación de todos y cada uno de los derechos de los trabajadores.

Referente y compañero del Grupo Scout Gral. Artigas de Juan L. Lacaze.

Un fiel militante y exponente de la Democracia Cristiana uruguaya, fundador del Frente Amplio y de la Alianza Progresista. Siempre vio en la juventud una oportunidad, generoso como pocos en política, de esos que saben ver a un compañero más capacitado, aunque en realidad no lo hubiera. Generador de oportunidades, soñador y apasionado.

Recordamos las palabras del compañero Héctor Lescano en la Cámara de Senadores en honor a Julio Picca.

“Fue militante y dirigente del Partido Demócrata Cristiano. En ese carácter fue integrante de casi todos sus organismos y Presidente de su Comisión Departamental e integrante de la Junta Nacional. En varias ocasiones, además, fue Edil en la Junta Departamental de Colonia, donde se desempeñaba en este momento como suplente de su compañero Luis Cisneros, y donde realizó una muy fecunda actividad, en gran cercanía con la gente.

Padeció de forma muy dura los años de la dictadura. El 30 de junio de 1972, apenas unos días después de que en un cuartel de Treinta y Tres muriera Luis Carlos Batalla -obrero de la construcción, demócrata cristiano, primer muerto por tortura en este país, que inauguraba la que después sería, lamentablemente, una larga lista-, fue detenido Julio Picca, que definió como un verdadero infierno lo que debió pasar en aquellos años, por el “delito” -entre comillas, desde luego- de ser fiel y consecuente con las ideas que había defendido toda la vida y con su profunda fe democrática.

Pasó su exilio en Copenhague, ayudando también a la lucha de tantos compatriotas, de todos los partidos políticos uruguayos, que desde el exterior expresaron, de diversas formas, su solidaridad con los exiliados y su lucha por los derechos humanos y los valores democráticos.
Y naturalmente, más que un dirigente político, fue ante todo un formidable dirigente social, líder y Secretario del Sindicato de Obreros de Campomar. Cuando esta empresa cierra, en el marco de las difíciles circunstancias conocidas, trabajó en una gran cantidad de iniciativas junto con la Corporación Nacional para el Desarrollo y con la Agencia de Desarrollo Económico de Juan Lacaze para poder seguir manteniendo viva una fuente de trabajo y una política de solidaridad.

Por eso, si Juan Lacaze son sus fábricas, sus obreros, su pueblo de lucha y de sacrificio, si es el Sabalero y tantos otros, Juan Lacaze también es Julio Picca, un gran referente hacia quien sentimos la responsabilidad y el deber de rendirle un tributo de homenaje, que seguramente será endosado como una deuda de gratitud, no solo por sus coterráneos, sino por tantos en este país al que tanto quiso.”