Jorge Mota, no se detiene, a continuar caminando tras las utopías

Junto a Ariel Beltrán fueron candidatos a la intendencia de Colonia por el Frente Amplio. Fue la tercera vez que se presenta y sabe muy lo que es pelear contra molinos de viento. Es que Jorge Mota tiene tras de sí la trayectoria de ser director departamental de Salud durante los tres períodos de gobierno departamental con una aprobada y destacada gestión.
En la elección del domingo pasado, el Frente Amplio en el departamento de Colonia tuvo 29.353 votos, y de ellos Jorge Mota obtuvo la cantidad de 20.730 votos y para Ariel Beltrán fueron 8.004 (se registraron 619 votos al lema que no cuentan para los candidatos).

Una mirada atrás

EL ECO le preguntó a Mota cómo fue su día en las elecciones departamentales, y respondió que fue “de expectante calma, rodeado de afectos, siendo parte de la red de traslados para personas que debían viajar a votar y no contaban con transporte”.

– ¿El resultado electoral fue una sorpresa para usted?
– Sabía que era muy difícil, pero tenía esperanzas en que la población de Colonia eligiera otra forma de gobernar. Había, en especial, mucha ilusión en el tremendo equipo joven que me acompañó toda la campaña.

– ¿A qué atribuye el triunfo tan claro del Partido Nacional en Colonia?
– Hay un sistema instalado por décadas en el que cuentan los favores a cambio de favores. El problema es que pagan con el dinero de los contribuyentes y que se hace discriminación entre ciudadanos según el partido al que adhieren. Seguramente hay otros factores y es preciso analizarlos para mejorar la propuesta.

– ¿Por qué el episodio de los audios no perjudicó la candidatura del doctor Carlos Moreira?
– El episodio de los audios repercutió más en Montevideo que en Colonia. Siempre dije que la Justicia fallaría y habría que aceptar su decisión. También dije que hay un aspecto ético que es grave y, en eso, la JUTEP ya laudó condenando duramente el clientelismo que emana de esta situación.

– ¿Considera que a nivel nacional el Frente Amplio tuvo más victorias que derrotas, luego de perder las intendencias de Rocha, Río Negro y Paysandú?
– Considero que se vienen tiempos difíciles. El gobierno nacional está actuando como lo hizo el de Lacalle padre, pero más bruscamente todavía. Seguramente aprovechando la coyuntura de la pandemia. Se privilegia a los más privilegiados de la sociedad, en detrimento de los más vulnerados del sistema. Gobiernos departamentales más humanistas, racionales, eficientes y equitativos hubiesen sido mitigadores de esta situación. Un alivio de contención y desarrollo. Pero la Democracia Representativa es esto. A veces no entendemos los resultados pero hay que defenderla con lo mejor que somos.

– ¿Cuáles fueron sus aciertos y sus derrotas de cara a la campaña electoral?
– Es difícil autoanalizarse a 24 horas de un resultado, pero no dudo en destacar el acierto en la formación del equipo. Un grupo humano potente, conocedor de cada área de responsabilidad, comprometido en la propuesta estratégica y capaces de trabajar en equipo. Un grupo inclusivo con personas muy jóvenes junto a viejos. Con personas de diversa identidad sexual. Con gente del campo y gente de ciudad. He aprendido mucho de ellas y ellos. En cuanto a errores, seguro hay muchos y los analizaremos en unos días para seguir aprendiendo. Lo que no haremos jamás es cambiar votos por favores por tal de ganar una elección. Sería perder valores y esperanzas de los miles de ciudadanos que votaron esta otra forma de hacer campaña y gobernar.

– ¿Cómo proyecta su vida de aquí en adelante?
– Seguiré mi tarea asistencial como médico Pediatra, Hebiatra y Deportólogo. Comenzaré a escribir mi segundo libro y estaré a disposición de concejales, ediles, sociedad civil, centros educativos, que entiendan pueda serles de utilidad compartiendo conocimiento y vivencias acumuladas.

– ¿Se mantienen los sueños y las utopías?
Sin sueños ni utopías la vida es áspera y estática. Con sueños la senda es ondulante. Hay declives pero también cumbres a las que trepar. Dice Galeano que la utopía es como el horizonte. Cada paso que caminás hacia él, es un paso más que se aleja. Es cuando se pregunta: ¿para qué sirve entonces la utopía? Sirve para eso: “para caminar.”.

(*) Esta nota fue publicada en la versión impresa de EL ECO el pasado sábado 3 de octubre de 2020.