Alcancias: la época de Uruguay en que era más importante guardar que gastar

Uruguay fue pionero en 1906 al introducir en Latinoamérica las alcancías de ahorro; y si bien su finalidad era fomentar un adecuado uso del dinero en el hogar, las alcancías han sido fuente de hallazgos tanto en materia de monedas y billetes para un buen número de numismáticos.

Así comienza un artículo de Daniel Fernández Calvo en internet. El artículo viene a cuento porque la semana pasada, un lector de EL ECO  encontró revolviendo en viejos arcones familiares, dos alcancías muy antiguas: una del banco San José y otra del Banco República.

Estos tesoros los trajo a la redacción de EL ECO, y entonces decidimos buscar sus historias.

Historias de un Uruguay en el que era más importante ahorrar, que gastar el dinero rápidamente.

No son de gran valor comercial, ya que en mercado libre se pueden comprar entre 500 y 800 pesos.

Pero sin duda tienen un valor afectivo importante porque forman parte de la historia de aquel Uruguay en el que era más importante ahorrar el dinero, que gastarlo rápidamente.

Piezas de museo.

Actualmente el Banco Central del Uruguay posee una colección de 582 alcancías que  integran el acervo patrimonial de la Institución.

De esa cifra, 206 pertenecen a entidades uruguayas y el resto son de procedencia extranjera.

Se trata de una selección que se encuentra en el Museo Numismático y en el hall del Entrepiso del Banco.

Según Fernández Calvo en 1905 la W.F. Burns Company intentó introducir en el país las alcancías conocidas como The Home Savings Boxes haciendo gestiones con los directores del Banco de la República, pero la propuesta no fue aceptada en dos oportunidades.

Historia

El Dr. Alfredo Arocena, en ese entonces secretario del directorio del Banco República, se contactó con el Dr. Perea y puso en conocimiento del directorio de La Cooperativa de Ahorro y Crédito La Caja Obrera de la existencia de este sistema de ahorros y logró que las alcancías sean acogidas con entusiasmo.

El 9 de febrero de 1906 se firmó un contrato con la W.F. Burns por medio del cual la firma fabricante de alcancías radicada en Chicago se comprometió a suministrar en forma exclusiva para Uruguay, en un plazo de tres años, 5000 alcancías metálicas bronceadas o niqueladas a un costo unitario de 2 dólares con la inscripción La Caja Obrera Montevideo y numeradas de la alcancía 1 a la 5.000.

La W.F. Burns Company en el correr de los años confeccionó alcancías para otros bancos de plaza pero mantuvo la exclusividad del modelo utilizado desde el inicio con La Caja Obrera