Carolina Guerra: Falta trabajo en red y no sacarse el lazo

La Cruz Roja Uruguaya, filial Nueva Palmira, desde que comenzó la pandemia está desplegando una gran labor en Nueva Palmira asistiendo a familias e instituciones de manera muy generosa, con el respaldo de empresas de Montevideo y el aporte de la población. Su obra quizás sea de las mejores que se está cumpliendo en la ciudad.

Carolina Guerra, palmirense, 25 años de edad,  futura asistente social, trabaja en el Capi (Centro de Atención a la Primera Infancia)  y es voluntaria de la Cruz Roja en el abordaje social. Y encaró  algo que no había en la ciudad “cruzamiento de datos” sobre la atención que reciben  en instituciones privadas y públicas, familias en situación de pobreza.

Con varias familias en situación de vulnerabilidad, se mantuvo comunicación telefónica para conocer sus necesidades, y de esa forma evitar salir por el Covid 19 a hacer visitas presenciales. Después, en ocasiones puntuales, se fue a determinados hogares.

Todo ese trabajo le permitió a la Cruz Roja saber “cuál era la situación real de determinadas familias”,  y qué les hacía falta para cubrir las necesidades de alimentación y  abrigo.

Realizado el relevamiento otros miembros de la institución  se ocuparon y ocupan de llevar a cabo la entrega de canastas o lo que se va obteniendo para distribuir, prácticamente la mayoría de lo recibido son donaciones de empresas conformando canasta de 14 y hasta de más de 24 productos de buena calidad para la mantención de familias en situación de riesgo alimentario.

Al preguntarle EL ECO qué fue lo que más le llamó la atención en el abordaje de las familias, respondió:  “los ancianos solos. No piden, les da vergüenza, nos enteramos de los  que estaban mal por algún vecino”. Esos ancianos en ocasiones “no tienen cómo comunicarse con otras personas porque no manejan celular, no tienen un hijo, un sobrino, que pueda hacer saber su situación”.

También se percibió “violencia familiar” y para lo cual hace falta hogares transitorios, y para personas  en situación de calle. La Cruz Roja no tiene el cometido de atender esas situaciones, pero por ejemplo se logró encontrar un lugar para que fuera a vivir una mujer que estaba con sus dos niños en la rambla costanera, y un anciano -también en situación de calle- fue llevado a Colonia del Sacramento”.

Sostuvo que se encontraron con casos de “gente que recibía prestaciones y ahora las tiene cortadas, gente con  serios problemas habitacionales, y por ende se da el hacinamiento de varias generaciones en una misma vivienda”. También   familias que vinieron de otras localidades buscando trabajo aquí y no encontraron y están pasando mal,  vivían de changas y ahora no tienen nada.

El comienzo fue más difícil para la Cruz Roja al inicio de la pandemia porque “no había en la ciudad una base de datos oficiales sobre las familias, se tuvo  que hacer un trabajo desde abajo, chocándose con problemas diversos de pobreza, donde no falta la violencia de género”.

Sin ánimo de crítica, dijo que en la ciudad “falta un trabajo en red, y no tirar los problemas a otros y otros, como diciendo hacete cargo vos. Me parece que quienes están en un puesto de trabajo y cobran por él deberían asumir las responsabilidades, porque la solución no es tirar el problema a otros”.
“Nueva Palmira necesita mucho de más presencia de organismos estatales, intervenciones más integrales”, porque si no hay un acompañamiento las familias no salen de la pobreza.

Colaboraciones de la Cruz Roja

De acuerdo a datos aportados por la institución a EL ECO van entregadas 491 canastas de alimentos hasta 24 productos cada una, incluyendo algunas de ellas artículos de higiene y limpieza acordes a las normas sanitarias. A esto se suman entregas de prendas de abrigo y de cama, incluso kits de limpieza y kits de productos para bebés.

Instituciones

La Cruz Roja entre sus cometidos está apoyar a instituciones, por lo tanto también se han entregado alimentos y productos de higiene y limpieza al Comedor Popular Infantil ´María Antonia Arrieta de Bianchi´, los merenderos de la Capilla Sagrado Corazón de Jesús; de la Iglesia Asamblea de Dios (Barrio Este y Barrio Golondrinas); de  Roquelina Fúnes y de Mara Rochet; y artículos de higiene a Cadis.