SOCIEDAD
Con el sociólogo Pablo Hein: La sociedad uruguaya esconde los suicidios
Este país evaluado por encuestas como el “más feliz de Sudamérica”, es uno de los que tiene más casos de suicidios: por día se quitan la vida “2,5 personas”*, según informes de la Organización Mundial de la Salud (ONS).
Un grupo de profesionales de la Universidad de la República, con el fin de revertirla, inició el abordaje de esta problemática mediante talleres con las comunidades. El desembarco fue en Colonia, continuaba en Soriano y Río Negro.
El sociólogo uruguayo Pablo Hein, internacionalmente reconocido por su dedicación a la problemática del suicidio, sostiene que hay causas por las cuales “Uruguay no logra revertir la tasa de suicidios”. Otras sociedades -caso Chile, Colombia, México o en Europa España, Francia, Dinamarca, Finlandia-, que tenían altas tasas de suicido en la década de los 80, “hoy las mantienen mínimas”, dijo a EL ECO en medio del taller que se desarrolló en las instalaciones del Centro BIT.
Para la familia, los amigos, las comunidades, “no es lo mismo que yo diga mis papás murieron de cáncer o en un accidente de tránsito, a que diga se suicidaron; la diferencia es enorme”. Por el estigma, por la carga familiar, por la vergüenza. “El tipo de muerte también nos penetra, nos interpela”. El suicido es una carga emocional muy grande de depresión, de dolor.
El individualismo empuja al suicidio y eso es “un tema que compete a las comunidades”, por lo que como prevención está quitar la exclusividad del yo. Para revertir la creciente soledad, una de las recetas es “involucrarse en instituciones deportivas y religiosas, partidos políticos, comisiones. Las personas adultas tendrían que tener un club de abuelos por cuadra para compartir, tener con quienes conversar, hacer actividades”.
“Los médicos de familia que son los menos pagos en este país cumplen un rol importantísimo. Son quienes van a la casa del paciente y lo escuchan hablar de sus problemas de salud y en la conversación también salen temas del barrio, la familia, cómo se siente anímicamente”. Porque tal vez ese paciente lo que más necesita es ser escuchado, dialogar, además de recibir la pastilla para el dolor del reuma.
Señalando cómo el individualismo y el disimular el dolor, van en crecimiento, el sociólogo puso como ejemplo la reducción de los velatorios: “no se comparte la tristeza, cada vez se acompaña menos a la persona que sufre. Creo es que porque se perdió la comunidad, porque el velorio es comunidad abrazándose”.
El “80% de los suicidios en Uruguay son de varones” porque en esta sociedad machista, erróneamente tienen menos permitido el dolor, el fracaso. Y entre los suicidios las generaciones más afectadas son los jóvenes y los adultos mayores. Y en referencia a los adultos, Hein puso como ejemplo que en la década del 90´ había una tasa alta de suicidios en profesionales médicos cuando se jubilaban, porque perdían protagonismo. “Se debe preparar a las personas para cuando se jubilan”, para que no se consideren menos o desplazados y que deben quedarse sentados a esperar la muerte.
Todo lo que hace a la prevención del suicidio, al disfrute de la vida, involucra a las comunidades. El materialismo y el individualismo, hoy tan alimentado por la pantalla del celular, afecta la vida social, el relacionamiento directo entre las personas. “Hay que efectuar cambios que fortalezcan el relacionamiento con la familia, con el vecino, que haya más tiempo para el barrio, para la comisión, para ir a fiestas, promover espectáculos sociales, culturales, deportivos”, expresan el sociólogo y las psicólogas Gabriela Novoa y Catalina Barría Borquez durante el taller. De la instancia también intervino el Ministerio de Salud Pública, a través del psicólogo comunitario residente en Colonia del Sacramento, Carlos Márquez.
Muertes ocultas
Hay países que hacen visible el suicidio con intervenciones públicas, mediante pancartas con la figura de las personas que ya no están. Otros incluso ponen las fotos o sacan publicaciones anuales sobre la problemática, nombrando a los ausentes. Se exponen testimonios de familiares, de amigos, siempre con la finalidad de prevenir el suicidio.
Sin ir muy lejos, está el ejemplo de Corrientes (Argentina). El “Puente General Manuel Belgrano” sobre el Paraná, era el lugar donde más se suicidaban personas. Se optó por armar brigadas para evitar los suicidios y los logros son enormes. Muchos de quienes intentaron arrojarse desde el puente al Paraná hoy trabajan para persuadir a otros que van al puente con la idea de suicidarse.
En Uruguay las muertes por suicidio se silencian en la familia, en el barrio, en la comunidad. El objetivo es romper esos silencios y el individualismo, para recuperar la salud mental y comunitaria de la población uruguaya. “Si dentro de 10, 15 o 20 años logramos bajar la tasa de suicidios, será porque habremos avanzado como sociedad”, dijo el sociólogo.
Se encendió la mecha
La prevención del suicidio desembarcó en Colonia del Sacramento, por parte de la Universidad de la República y el Ministerio de Salud Pública. El trabajo con referentes de las localidades del departamento (educadores, integrantes de comisiones deportivas o sociales y gremiales), dio su primer paso el pasado 5 en el Centro BIT. La segunda instancia se iba a hacer en Soriano y por último en Río Negro. El objetivo es ir tejiendo redes en todo el país contra el suicidio.
*Guayana, Surinam y Uruguay lideran el ranking de suicidios en América.
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