El arquitecto Miguel Odriozola Odriozola, un adelantado de su tiempo que se mantiene vigente

En este viernes 5 de febrero se celebran 50 años de la fundación del Frente Amplio, y de ello también es parte el arquitecto Miguel Odriozola Odriozola, quien fuera el primer candidato a la Intendencia de Colonia por el Frente Amplio.
Han pasado muchos años de ese tiempo, y muchas obras y reconocimientos a la inmensa figura del arquitecto Miguel Odriozola Odriozola. Fue así que el pasado viernes 29 de enero se realizó un homenaje al arquitecto Miguel Angel Odriozola Odriozola a cien años de su nacimiento organizado por el Consejo Honorario de las Obras de Preservación y Reconstrucción de la Antigua Colonia del Sacramento a quien fuera “ex integrante en dos períodos en cargos de Secretario técnico y Presidente de dicho Consejo y artífice fundamental para la inclusión de nuestro Barrio Histórico en la Lista del Patrimonio Mundial”.
En el diálogo de EL ECO con su hijo, el arquitecto Miguel Odriozola Guillot, en primera instancia le preguntamos ¿cómo visualiza a su padre, en su rol como profesional y cómo Gestor del Sitio (Barrio Histórico)? y nos respondió que “a medida que pasa el tiempo valoro más su obra”
Porque no es común que un hijo, con la misma profesión que su padre, desarrolle una difusión tan importante como la que ha llevado adelante usted con su obra. ¿A qué se debe eso?
– Es así, es muy poco común o tal vez inexistente, no lo sé. No conozco antecedentes. A eso me lo han dicho en muchos países cuando he ido a exponer sobre el Barrio Histórico o sobre la propia obra de mi padre. La primera vez que hice uso de la palabra en un evento para hablar de su obra fue hace unos 20 años, en el Planetario Municipal, en Montevideo. La revista Elarqa* y su editorial, le rendían un homenaje a él y a otros arquitectos destacados de Montevideo, contemporáneos de mi padre.
Intentando responder a su pregunta concreta, estimo que se debe a que valoré su obra desde que yo era muy joven. Miraba sus proyectos, sus dibujos, me enseñó, luego, en época liceal comencé a preguntarle fundamentalmente temas de geometría descriptiva. Luego, en facultad y después de recibido, pasó a ser mi maestro.

El arquitecto Miguel Odriozola Guillot en el día del homenaje a su papaá en el cementerio de Colonia

– Cómo profesional de la arquitectura, también en lo histórico, ¿cuál es el punto o los puntos más destacados de su papá?
– Me parece importante reflexionar sobre diferentes facetas destacadas de él como profesional. En primer lugar, lo que lo hizo tomar mayor reconocimiento fue su labor en el Barrio Histórico de Colonia del Sacramento. Mi padre se recibió en 1946, ya en 1951 estaba trabajando en recuperaciones y puestas en valor de edificaciones de la ciudad vieja (como él la llamaba) y siguió hasta sus últimos días.
Integró el Consejo Ejecutivo Honorario de las Obras de Preservación y Reconstrucción de la Antigua Colonia del Sacramento (CEH), primero como Secretario Técnico, cuando el CEH fue creado por Decreto 618/968, el 10/10/68. Luego éste se disolvió por otro Decreto, el 138/981 del 24/03/81. En esta etapa se realizaron una serie muy importante de obras, que no corresponde aquí extenderme en ellas.
Después lo vuelve a integrar como Presidente, en el CEH creado por la ley 15.819, del 16/07/86. También fue un período muy fructífero, además el MTOP le pide a mi padre que se haga cargo de las obras de valor patrimonial en el Departamento de Colonia, dentro de los recursos con los que se contaba.

– También fue dibujante…
– Si, cuando yo entré en Facultad en el año 79, nos mostraban en diapositivas en el Curso de Expresión Gráfica, imágenes de croquis de muchos colegas; muy buenos, por cierto, Y yo como estudiante pensaba que los croquis de mi padre estaban a esa altura claramente. El tiempo creo que me fue dando la razón …, luego escribí y publiqué en 2004, el libro El Mundo con una Pluma, con su croquis y acuarelas.
Elarqa es una revista especializada en arquitectura.

El respeto del arquitecto a su ciudad

En esta instancia y en el marco del reconocimiento al legendario arquitecto Odriozola Odriozola, vale recordar párrafos del prólogo de la revista Elarqa N°20 – Odriozola – Colonia, del año 1997, donde uno de sus directores escribe una definición que la llama “Binomio” y donde expresa:
“Pocas veces un lugar y una persona pueden asociarse de modo tan fiel como sucede con la ciudad de Colonia y el Arq. Miguel Ángel Odriozola Odriozola.
En este especial binomio se establece un vínculo en clave de mutuo respeto, conocimiento, crecimiento y cambio.
El respeto de Odriozola a lo existente sea éste natural o histórico, parece ser una pauta esencial del proyectista; investiga, (con actitud consecuente y minucia arqueológica) los componentes de la historia, los desentierra hechos muralla para convertirlos en presente urbano, vivo y funcional”.

Sobre estos dos puntos, el arquitecto hijo apuntó:
“Mi padre se adelantó décadas a criterios consensuados internacionalmente por expertos de todo el mundo, podría citarte cantidad de ejemplos. A veces hasta 30 o 40 años antes que fueran ratificados.
Por otro lado, en sus intervenciones, parece como que siempre hubiera tenido claro el criterio 4 por el cual la UNESCO incluyó a nuestro Barrio Histórico en la Lista del Patrimonio Mundial (LPM), cuando en realidad ni existía la LMP, ni la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural que fue aprobada en 1972.
En síntesis, fue un adelantado”.

El proyectista

En este informe EL ECO también se basa en las palabras que pronunció el viernes 29 en el cementerio de Colonia su hijo. El arquitecto Odriozola Guillot, expresó sobre otras facetas de su padre, que “no debemos olvidar al arquitecto proyectista en general, y aquí resumo muy brevemente su faceta como arquitecto, no sólo dentro del BH.
En el principio de su actividad, trabajó ni más ni menos que con el Arq. Julio Vilamajó, el arquitecto uruguayo de mayor reconocimiento internacional que ha contado nuestro país. Trabajó en su estudio. Con Vilamajó debió viajar para integrar el equipo de arquitectos proyectistas de la Sede de la ONU en Nueva York. El equipo completo estuvo integrado por los arquitectos Harrison Wallace Kirkman, Gaston Brunfaut, Liang Seu-Cheng, Sven Markelius, Oscar Niemeyer, Howard Robertson, Argyle Soilleux Garnet, Julio Vilamajó, Nikolai Bassov, Ernest Cormier Y Le Corbusier.
Durante ese período de Vilamajó en EEUU, mi padre debe hacerse cargo de obras como: Primera etapa del Hotel El Mirador (luego hizo una serie de etapas más, algunas conjuntamente conmigo), Rincón del Bonete, Villa Serrana (en particular el Mesón de las Cañas), parte del proyecto ejecutivo de la Facultad de Ingeniería de la UdelaR y otras”.
Ya como una de las últimas obras mencionó FAGAR -San Juan Refrescos, obra que proyectó mi padre y cuya estructura fue diseñada y calculada por el Ing. Eladio Dieste, un grande de la arquitectura y la ingeniería nacional. A estos dos profesionales los secundábamos el Ing. Gonzalo Larrambebere y yo, pero el mérito del resultado de esa obra es de mi padre y Dieste. En 1998, FAGAR – San Juan Refrescos fue finalista del Premio Mies Van der Rohe de Arquitectura Latinoamericana, se expuso por diferentes lugares del mundo al lado de obras de Oscar Niemeyer, Clorindo Testa, Rogelio Salmona, Carlos Ott y otros, realmente un honor.
Sintetizando, fuera del Barrio Histórico concretó obras de calidad superior.