SOCIEDAD
Emiliano Rojido, especialista en criminología: La fórmula del fracaso contra los homicidios

Especialistas en criminología sostienen que no se han planteado políticas que aborden los homicidios desde la evidencia científica y tampoco hay anuncios en la campaña electoral, para revertir la situación.
En el país se desconoce la cantidad de armas de fuego que circulan y se estima que hay tantas ilícitas como registradas. Un promedio de un arma cada tres uruguayos.
Emiliano Rojido, doctor en Ciencias Sociales, especializado en políticas públicas, violencia y criminalidad, sostuvo ante EL ECO que se está en “una situación preocupante, con un nivel de homicidios que hoy en día duplica la tasa mundial”. La tasa “en promedio es de 5,8 homicidios por cada 100.000 habitantes; en Uruguay actualmente es de 11,2 cada 100.000”.
“Históricamente Uruguay, junto con Argentina y Chile, han tenido tasas bajas de homicidios en el contexto de la región. Ahora Uruguay se desprendió de esa subregión del Cono Sur y presenta porcentajes de homicidios que en el contexto de América Latina ya no son bajos, cuando América Latina es la región más violenta del mundo. Entonces, tenemos un riesgo elevado de sufrir un homicidio quienes habitamos el país”. Añade: “no solo tenemos tasas más altas que Chile y Argentina, sino también más que Paraguay, Bolivia y otros países de la región. Hay motivos para preocuparse”.
Es una problemática grande que “tenemos que parar y el sistema político no ha estado. Hay poco conocimiento sobre los problemas de seguridad en general en el Uruguay; es un área muy poco técnica. No se nos ocurre hoy en día pensar un Ministerio de Economía sin economistas al frente, eso no pasa en la seguridad, los ministros son políticos y las decisiones se toman a partir de criterios que son distintos a los que marca la evidencia científica, muchas veces asesorados por operadores que son policías o personas con experiencia en campo, pero no hay ciencia. Eso nos lleva a que se tomen malas decisiones”.
Es un problema estructural que “no se resuelve con un cambio de partido. Hay una profunda falta de comprensión por parte del sistema político acerca de la inseguridad”.
No hay una única explicación al aumento de los homicidios. “Desde la dictadura hasta acá han gobernado todos y han aumentado los delitos, en particular los más violentos como el homicidio, la violencia doméstica y las rapiñas”.
“Un estudio reciente que hicimos intentando entender un poco más este fenómeno en el país, muestra que detrás del homicidio hay múltiples violencias. Es decir, no es lo mismo el homicidio que tiene que ver con la actividad de grupos criminales, al del conflicto en el marco de la pareja, o entre vecinos, o que se derivan de un robo que deriva en un desenlace fatal. Son algunos ejemplos que muestran que hay distintas dinámicas de violencia y lo que nos dice la literatura académica, es que requieren políticas específicas para la prevención”.
Descartó que la mayoría de los homicidios obedezcan al narcotráfico. “No es así, varios ministros de distintos gobiernos han repetido casi como un mantra que los homicidios son producto del enfrentamiento entre grupos de narcotráfico en disputas por el territorio y que se matan entre ellos. Dicen eso como una forma de sacarle presión y angustia a la ciudadanía sobre este problema”.
Proliferación de armas de fuego
Hay un aumento de “la violencia letal en diferentes ámbitos que tiene que ver, entre otras cosas, con la amplísima proliferación de armas de fuego que hay en el país y la muy baja fiscalización” existente.
El registro de armas “es pésimo, no lo lleva el Ministerio del Interior sino el Ministerio de Defensa y lo hace en papel. Hay carencias brutales en la construcción de los datos y no sabemos siquiera cuántas armas tenemos. Se estima que en Uruguay hay un millón doscientas mil armas, seiscientas mil legales y otro tanto ilegales, lo que implica que por cada tres uruguayos, hay un arma de fuego”. Otro dato preocupante es que no se efectúa ningún recuento de municiones.
“El poder letal del arma de fuego hace que una calentura, por decirlo en criollo, tenga un desenlace fatal. Tenemos que entender que las armas de fuego son un factor de riesgo de la violencia letal, muy importante. Hay que prestarle mucha atención a este fenómeno. Estamos en año electoral y este tema ni siquiera está en el tapete”, aseguró el especialista Rojido.
“La fórmula del fracaso”
En campaña electoral “se pone todo el acento en la cárcel, más penas, más policías y es la fórmula del fracaso. La cárcel es una bomba de tiempo. Cuánto más gente tenemos en prisión menos podemos hacer” por esas personas. “Lo que hacemos es sacarlos peor de los que los metemos”. Incluso “los pueden reclutar integrantes del crimen organizado, para cometer delitos cuando salen de la cárcel. Estamos dando ventajas a la subvención de crimen organizado. Hay que pensar en un sistema de castigo que sea mucho más amplio al de la cárcel y dejar la cárcel para los casos más graves”.
Hoy gastamos un montón de plata en mantener las cárceles, “que son una máquina de pervertir y empeorar a las personas. Las personas pasan por el sistema carcelario y tenemos nueve mil personas liberadas más o menos por año. Lo que hacemos es pasarlas por la cárcel y empeorarlas”, puntualizó.
“No sé si habrá una receta mágica, pero sí puede haber un camino que sea mejor para revertir lo que está sucediendo, porque hoy la persona sale peor. Lo que hay que hacer es actuar en la prevención, evitar que los delitos ocurran. Y luego garantizar que el sistema de justicia penal funcione bien y que las personas que van a la cárcel salgan mejor de lo que entraron”.
Solo humo en campaña electoral
“No he escuchado una sola propuesta o un plan de ningún partido político, orientado a reducir los homicidios. Todos hablan de seguridad en general. La verdad es que para trabajar contra los homicidios faltan políticas específicas. No se les cae una idea a los políticos para reducir los homicidios, ni siquiera como promesa de campaña”.
Los anuncios pasan por mejorar la seguridad, aumentarla, construir cárceles, y contratar más policías. “Es una fórmula probada de fracaso”.
Aumentar las penas “no tiene capacidad disuasoria del delito. Ningún delincuente va a dejar de serlo porque la pena en vez de cinco es de ocho años. Lo que importa para disuadir el delito es que la persona perciba que va a ser atrapada y castigada y eso se mejora con la investigación criminal y el patrullaje policial”.
Los políticos no deben tomar el tema de la inseguridad “como botín electoral; lo que hay que hacer es construir política de Estado. Esfuerzos sostenidos en el tiempo, porque no hay resultados inmediatos. Tienen que ser políticas de Estado basadas en la evidencia científica, no en intereses ideológicos, no en corporativismo”.
Es necesario incorporar más capacidad técnica. “Hay que basarse en la evidencia y eso se consigue con diagnósticos técnicos, conociendo la literatura internacional”.
El es…
Sociólogo, Investigador sobre violencia, criminalidad y políticas públicas. Trabajó en la OPP y en la Agencia Nacional de Innovación. Hizo una maestría y un doctorado en Río de Janeiro. Se especializó en temas de homicidios.

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