SOCIEDAD
En qué esquina estará militando y cuidando niños Conrado Rosendo
Abrazado a la bandera de su Frente Amplio y a la de su club Otto Wulff, así vamos a recordar por siempre a Conrado Rosendo. Todavía hoy está muy presente su muerte y nos lleva a pensar con nostalgia la gran cantidad de charlas que nos faltaron hacer.
Por Daniel Roselli

En la noche del jueves 6 de junio 2019 llegó el final de una de las personas que el doctor Jorge Mota llamó “imprescindible”: Conrado Rosendo”. Los desenlaces siempre nos conmueven, pero la muerte de Conrado aún más.
Sus proyectos están vigentes, ya sea en lo político con el Movimiento de Participación Popular (MPP) y el Frente Amplio, en lo social con el centro tecnológico en las ruinas del ex hogar estudiantil y en lo deportivo con Otto Wulff. Pero Conrado ya no estará más, ni su palabra ni su tesón. Que aún enfermo durante muchos años, siempre dijo presente.
Por más de cinco años Conrado Rosendo luchó contra un cáncer que el pasado 6 de junio le ganó la última batalla. No fue la guerra, porque la memoria se mantendrá viva en torno a su figura, con su esposa Yeya (Balbuena), sus tres hijos Giovanna, Jorge y Martín, y toda su familia formada también por sus nietos y bisnietos.
Como si hubiera una relación entre su profesión de trabajador de Casinos, Conrado Rosendo apostó por los más débiles, por los indefensos y apostó siempre por los niños. Y apostó y ganó, porque la solidaridad que practicó en su vida privada y en su vida pública, le volvió a raudales.
Y la salud le jugó una mala pasada con estos tumores que aparecieron en su cuerpo; justamente a él que la salud de los vecinos era de suma importancia para él. Por eso vale recordar cuando acompañó a Cuba a aquellos uruguayos que necesitaban tratamientos y la única posibilidad era en la isla del también extinto Fidel Castro. O también, y así lo recuerda el doctor Jorge Mota, Conrado trabajó incansablemente cuando los oftalmólogos cubanos comenzaron con las primeras pesquisas en el primer gobierno del Frente Amplio.
También valen las opiniones de aquellos que no coincidían o que profesaban otra ideología con respecto a Conrado Rosendo. “Nosotros teníamos diferencias, bastantes, pero uno sabía que Conrado era un tipo leal, estuviéramos de acuerdo o no. La lealtad era una de sus grandes condiciones y así nos manejábamos entre nosotros”, dijo a EL ECO un hombre de tiendas políticas blancas que consultamos a la hora de elaborar este informe.
La última vez que nos encontramos, y pactamos una entrevista sobre la Sudametex, “porque se dicen muchas que no son ciertas”, me dijo que lo esperara un poco “porque este bicho que tengo me está molestando, cuando me alivie la hacemos”.
Esa nos quedó pendiente, sin embargo en sus palabras y sus acciones quedó un legado que suple mil entrevistas.
Adiós Conrado.
Abel Varela: “la luchó hasta el final de sus días”
Haciendo una pequeña crónica y un homenaje que más que merecido lo tiene Conrado, EL ECO entrevistó a otro histórico dirigente de Otto Wulff, Abel Varela.
Con sus jóvenes 72 años, Abel Varela Cabrera en la mañana del martes estaba en la entrada del Parque Otto Wulff “con mucho frío”, nos dijo con fuerza y ya con nostalgia cuando le dijimos que queríamos rescatar lo que significaba Conrado Rosendo para el club.
“Tanto Conrado como yo somos fundadores de Otto Wulff. Ahora el próximo 2 de noviembre cumplimos 49 años. Un grupo de bandidos nos juntamos y fundamos un club. Y mire todo lo que hemos hecho. Es más, le recuerdo que Otto Wulff se fundó en la casa de Conrado un día de lluvia”, recordó Abel Varela mostrando una memoria prodigiosa.
“Con Conrado éramos amigos, a pesar que había una diferencia de edad, éramos amigos. De toda la vida. Él tenía un bar ahí sobre la playa, donde vivía; un día nos invitaron a jugar un campeonato de barrio y allí formamos el club”.
Conrado Rosendo para Otto Wulff “representó mucho, era uno de los líderes, uno de los líderes (repitió). Un tipo muy capaz, muy trabajador, muy trabajador, dejaba todo por el club, bueno yo también…”, dijo con sencillez y sin falsa modestia el también histórico Abel Varela. “Ahora estoy acá muerto de frío, pero está, Otto wulff es mi vida…”
Anécdotas con Conrado “tenemos miles, como las que pasaban después de las fiestas anuales que hacemos, y nunca tristezas, solamente ahora con la muerte de Conrado, o como cuando se fueron otros dirigentes, como por ejemplo Carlitos Savarece y varios más…”
A Conrado Rosendo “mucha gente lo lloró, a pesar que era estricto. Él no le daba ventaja a la gente, no le daba ventaja, siempre estaba atento a lo que se pudiera venir en contra, era como un perrito guardián para defender a Otto Wulff”.
Esa tristeza que hacía referencia “nos tocó ahora, una lástima… Hace unos años que estaba con ese problemita. Igual Conrado siempre estaba, porque este año no estaba en la directiva pero desde la casa con una llamada alcanzaba para pasar algún dato, para hacer una gestión, ¿me entiende?”.
“Estuvo unos días en cama, pero tuvo una entereza impresionante, la luchó hasta el final de sus días, qué va a hacer…”, dijo emocionado Abel Varela, quien seguramente siente un vacío con la ausencia del insustituible Conrado Rosendo.
Conrado, militante político y social de la primera hora
Y es una constante de la vida. Se nos está yendo la barra de viejos comprometidos, de viejos militantes que levantaron las históricas banderas de los movimientos sociales y populares, que hace ya mucho tiempo vislumbraron otro futuro, distinto a la realidad que vivían y se propusieron cambiarlo, lo lograron, se cansaron y comienzan a irse.
Es la vida misma, aunque duela, nos golpee y nos encierre en un mar de preguntas, nada puede ni podrá contra el tiempo.
Nos tocó despedir a Conrado Rosendo, un compañero al que conocí hace muchísimos años, diría que desde niño, cuando acompañaba a mi padre en las tantas reuniones políticas donde Conrado también participaba.
Luego llegó la etapa personal de la militancia y allí lo recuerdo aún más presente cuando una barra de viejos militantes nos recibían a los más jóvenes; tiempos de grandes y profundas discusiones políticas, sociales y filosóficas que nos enseñaban el camino de la lucha por el bienestar de los de abajo, de los más jodidos de la sociedad; y desde allí comenzamos a andar este hermoso camino de compromiso, siguiendo sus consejos, compartiendo sueños, muchas veces discrepando pero respetando sus experiencias de vida y confrontación fraterna.
Porque Conrado tenía eso, duro en el debate, confrontativo por excelencia, conocedor de los subsuelos de la política, estratega y absolutamente leal. Y con compañeros así siempre vale la pena militar, conocer al otro y entenderlo en su real dimensión, debe ser el mayor legado que podemos dejar como integrantes de ámbitos colectivos.
Tenía especial desvelo por los jóvenes por quienes siempre veló, pensó en organizarlos, en darles tareas, en adjudicarles roles y en empoderarlos. También pensó que solo era posible cambiar la realidad si se era protagonista de ella y allá salió Conrado al barrio, con la gente, como todo militante de izquierda debe hacer; y desde entonces su nombre se asocia al Club Otto Wülff donde dejó su vida por los gurises del fútbol infantil, desde donde pensó en el mañana, dejando un legado que se medirá dentro de mucho tiempo pero que sin dudas también será el resumen de su vida.
Se embarcó en cuanta responsabilidad política se le asignó y la desarrolló con trabajo y rectitud, sobre todo el manejo de las finanzas colectivas, donde Conrado hizo escuela. Integró, junto a Carlos Savarese y Román Chipolini, el triunvirato de acuerdo que restituyó la unidad del Frente Amplio departamental luego del quiebre del año 2000. Fue Secretario de Finanzas de la Departamental del Frente Amplio, delegado de base, integrante del Plenario Nacional, Plenario Departamental y de la Mesa Política.
También militó fuertemente a nivel sectorial, siendo un referente indiscutido del Movimiento de Participación Popular (MPP) y fundador de la Agrupación Colonia en 1989. Se desempeñó como secretario del compañero Mario Perrachón en su etapa de legislador.
Una multitud lo despidió haciendo honor a sus relaciones sembradas, al respeto por el hombre, el vecino, el amigo y el compañero. Haciéndole llegar el abrazo fraterno a su esposa “Yeya”, a sus hijos y nietos, símbolo de una familia unida por la que Conrado tanto bregó.
Su sepelio fue el resumen de su legado, Facundo, un joven militante del MPP lo despidió con sentidas palabras en nombre del sector y del Frente Amplio, tomando así la responsabilidad de las banderas que compañeros como Conrado van dejando para que las levanten las nuevas generaciones.
Hace unos días, releyendo algunos escritos del Gral. Líber Seregni encontré este párrafo con el que hoy quiero despedir al compañero Conrado Rosendo: “Y aquellos compañeros caídos para siempre, aquellos cuya memoria emocionada guardamos los combatientes de hoy y los constructores del mañana, siguen a nuestro lado, vivos en la esperanza compartida, en la certeza del triunfo, en la vigilancia de una lucha que no conoce ni quiere tregua”.
La muerte que nos abraza y se nos acerca, se está llevando a los queridos abanderados y le toca a los relevos hacerse cargo de esas banderas de sueños, de sus mochilas cargadas de utopías. El desafío pues, será estar a la altura.
Hasta siempre compañero.
Mtro. Nicolás Viera
Presidente del Frente Amplio Colonia
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