Gabriel Santarelli: “Tatuarse es un mimo”

En los últimos años ha explotado, desde adolescentes a adultos mayores, el gusto por tatuarse la piel. Unos optan por figuras que tienen significación afectiva como un nombre, rostro, o mascota queridos. Otros, por mensajes traducidos en dibujos abstractos, que tienen un porqué sólo para el tatuado.

Gabriel Santarelli, diseñador gráfico. Desde hace siete años utiliza de lienzo la piel de personas que así lo desean. Hoy éste arte, es su medio de vida.

“No hay edad para tatuarse, vienen adolescentes con el consentimiento de sus padres, jóvenes, adultos y hasta personas de 65 años o más”.

Gabriel cuenta sus experiencias a EL ECO en su sala de trabajo, ubicada en Gral. Artigas entre Eloy García y Carmelo (Nueva Palmira). El único requisito es que la piel esté ‘lisa’ o sea dermis sin pliegues marcados por los años.

Hará unos 40 años, una anciana hospitalizada tenía en su muñeca una mancha negra bajo la piel, alguien le preguntó qué era eso y ella respondió: “recuerdos de juventud”. Se trataba de un tatuaje realizado en la cárcel cuando joven. Santarelli en base a esta historia, charla sobre avances tecnológicos e insumos. Con las nuevas herramientas, pigmentos y técnicas, actualmente “si alguien se hace un tatuaje a los 20, cuando tenga 80 años seguirá igual -si está bien hecho, bien aplicado-. Cuando mucho se puede correr unos milímetros el grosor, pero el color será igual a cuando se tatuó, no cambiará, no desparecerá, la tinta no pasará de negro a verde, ni se transformará el tatuaje en una mancha”, como le sucedió a la señora de la historia.

Al preguntarle qué tatuajes prefiere la gente, enumera: “hubo un par de años que tatué muchísimas víboras envueltas en brazos y víboras chicas en otras zonas. Después surgió las modas de las cruces cristianas. Habré hecho quinientas cruces. Les preguntaba si eran religiosos y muchas veces me decían que no. He hecho ‘mangas’ -tatuajes desde el hombre a la muñeca-, o piernas, o espaldas enteras”.

Actualmente hay más inclinación por “tatuajes pequeños en varias partes del cuerpo”. Piden números, letras, palabras, o dibujos que tienen una significación especial para la persona. “Todo va cambiando, antes la gente prefería los brazos y la espalda, ahora eligen donde consideran que les queda mejor y la tendencia es un solo tono, tinta negra”.

Santarelli está apoyado por la gran tranquilidad que le brinda que en estos 7 años de tatuador “en ningún momento una persona me dio una devolución negativa de mi trabajo. He tenido altos y bajos, como todos. Diría que un 95% de la gente sale contenta con ese mimo que se hace en el cuerpo”. Es como quien va a la peluquería y se hace un corte o peinado, un cuidado, un gusto para sí.

Borrar desde la piel

Los tatuajes no dejan de ser una moda y son marcas permanentes en la dermis. La forma de borrarlos “es con láser”, aunque la piel queda más rosada donde estuvo el tatuaje, dijo al final de la conversación.