Gobierno eliminó palabra rusa y apostó al vocablo yanqui: cambió nafta por gasolina

El gobierno eliminó palabra rusa y apostó por el vocablo gasolina de origen norteamericano en lugar del ruso “nafta”.

Uruguay le dice nafta al combustible para vehículos desde que los rusos le ofrecieron petróleo barato en los inicios del proceso de refinación de Ancap.

La palabra nafta la heredamos de los rusos.

Quedó como una especie de homenaje al pueblo que nos vendió petróleo barato cuando las grandes potencias nos boicotearon y nos dejaron de vender la materia prima para el combustible. En casi toda Latinoamérica, en cambio, se dice «gasolina».

Es una parte de la historia que se conoce poco. En 1926 Uruguay fue uno de los primeros en el mundo y el segundo en América Latina -después de México- que reconoció a la Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas (URSS) nacida de la revolución de octubre (*Sergio Israel, de su libro «Yenia Dumnova. Un amor en la Guerra Fría»).

Desde 1929 don José Batlle y Ordóñez predicaba desde El Día por la creación de un organismo estatal que se dedicara a refinación del petróleo. El 15 de octubre de 1931 se crea Ancap.

El nacimiento de este empresa nacional enojó muchísimo a Estados Unidos e Inglaterra que nos vendía el alcohol, el kerosene y la bencina, por lo que se iban del país más de seis millones de pesos por año.

Boicoteo a Uruguay.

Las potencias boicotearon a Uruguay y le cortaron el suministro.

Así que la URSS, con quién manteníamos históricas buenas relaciones, nos mandó a precio más barato el petróleo que nos hacía falta para refinar en la recientemente inaugurada Ancap.

Por eso en países como Uruguay, Argentina y Paraguay se usa la palabra nafta.

Después, en 1935, el dictador Gabriel Terra cortaría relaciones con la URSS, que fueron retomadas por el presidente constitucional Juan José de Amézaga, en julio de 1943.

Por primera vez en forma oficial, en el comunicado difundido ayer por Presidencia de la República, se le dice “gasolina” a la nafta.

En los hechos, oficialmente el gobierno eliminó la palabra rusa y optó por el equivalente norteamericano.