“La Celestina” se despide y agradece

Nostalgia trae la noticia de que la fábrica de pastas y heladería “La Celestina” finaliza un ciclo al cerrar este 30 de noviembre. No hay palmirense que no haya pasado por este comercio destacado por la calidad en sus productos de elaboración propia, y la responsabilidad con los clientes.

Pasaron 37 años de aquel 31 de mayo de 1986 en que Pedro Viré y Estela Avondet, con 29 años de edad, decidieron emprender un negocio familiar cargado de incertidumbre en el inicio, aunque con toda la pasión de poner “dedicación y amor” en cada producto a elaborar, sin perder de vista la “calidad de las materias primas” de los alimentos que luego llegarían a la mayoría de los hogares palmirenses, sus fieles clientes.

Primeramente, en su propia casa y luego en su actual local comercial sobre la calle Felipe Fontana entre Perú y Chile crearon una empresa sólida que se fortaleció con los años y le anexaron otros rubros como heladería en setiembre de 2007, además de incorporar tortas, postres, pizzas y tucos.

Aquel empuje de dos jóvenes que crecieron junto a su negocio, y que dejaron el todo en tantos años con el apoyo de empleados, ahora les llega el momento de dar vuelta la página. Ese trabajo ininterrumpido por 37 años sin fines de semana libres, “pesa, es cansador, y estamos en edad de jubilarnos”. Aunque si bien se avecinaba esta despedida del mercado “por tantos años de trabajo”, la decisión que “aceleró” el cierre, se da “al jubilarse el amasador y es difícil encontrar mano de obra calificada para trabajar en las máquinas”, explicaron a EL ECO Pedro y Estela.

“A la heladería ya habíamos decidido venderla antes, también por falta de gente para elaborar, aunque los helados de ‘La Celestina’ seguirán en Palmira, en ‘Uru Padel’, se la vendimos a Ezequiel Pizurnia, y él seguirá con la misma calidad, con la misma receta y elaborados de la misma forma”.

En tanto la fábrica de pastas “va a quedar armada, no se desmantela, de repente alguien quiere hacer el mismo camino que nosotros” y la adquiere.

Hoy con 66 años de edad “tenemos que terminar porque hay un ciclo cumplido, el desgaste de los años, y por eso se tomó la decisión”, expresaron con la nostalgia propia de la decisión.

“La Celestina”, nombre que surgió en homenaje a la abuela materna de Estela que vino desde Italia y que, como toda abuela de esas épocas, se caracterizaba por sus comidas caseras, tal vez hoy cambie su curso, baje sus persianas.

La pastería quedará en la memoria de innumerables generaciones que en sus mesas familiares degustaron sus exquisitas pastas y postres.