SOCIEDAD
La marcha de este lunes y una mirada al pasado

Carlos Pereyra fue uno de los carmelitanos detenidos durante aquella redada del 26 de febrero de 1974, que terminó con la muerte de Aldo “Chiquito” Perrini, asesinado en el cuartel de Colonia unos días después. Fue de los que, de no mediar aquel trágico hecho, habría seguido siendo torturado porque pese a que el MLN había sido derrotado miliarmente dos años antes, la persecución y la tortura continuaron, para que los militares pudieran perpetuarse en el poder.
Así que Pereyra los próximos cinco años los pasaría en el Penal de Libertad, junto a tantos uruguayos.
En esta oportunidad lo convocamos para que nos cuente sobre la Marcha del Silencio, del próximo lunes 20 de mayo en la ciudad de Carmelo. “Un saludo fraterno del colectivo al que pertenezco, Memoria, Verdad y Justicia de Carmelo. Estamos con muchas ganas, como todos los años para el 20 de mayo, tratando de que lo poquito que podamos aportar salga lo mejor posible. Y bueno, hoy 20 de mayo, que cae el día lunes, estaremos reuniéndonos en el puente giratorio alrededor de las seis y media, siete menos cuarto de la tarde, para salir a las siete”.
Este año, como todos los años también, la marcha la abren los inspectores de Tránsito, pero con una novedad: “la vamos a encabezar con un vehículo que va a tener amplificación y que va a nombrar a los 197 detenidos desaparecidos (…) Terminaremos de nombrarlos en la Plaza Independencia, en el busto de Chiquito y cerramos cantando el himno nacional”.
Su presencia en EL ECO
Carlos concurrió a EL ECO este miércoles y dio una larga charla que ustedes pueden disfrutar in extenso en nuestro canal de youtube, pero que nos permitió hablar de muchas cosas, con la presencia a lo lejos de Piero “Pepe” Perrini, entre otras. “Ayer lo veía a Pepe, que estaba recibiendo a sus hijos en España y yo creo que Pepe fue, siempre digo lo mismo, el que dio el puntapié inicial. Cuando hizo la denuncia con su familia para que se investigara el asesinato de Chiquito y que los responsables pagaran con cárcel”.
Carlos fue uno de los jóvenes del grupo que fueron detenidos en su momento. ¿Cómo ves la sociedad hoy, desde tu punto de vista?, le preguntamos. Su respuesta: “La sociedad me parece que está bastante fría aún. Si bien la participación de la misma ha ido creciendo, Carmelo es un pueblo muy particular. Creo que, teniendo en cuenta la cantidad de votos que tuvo el progresismo para las últimas elecciones al municipio de Carmelo, el porcentaje que concurre a las marchas de silencio es muy mínimo”, señaló.
Es poco. Tiene razón, ya que el Frente Amplio ganó en la Nacional en Carmelo por cuatrocientos y pocos votos. “Quizás el tema de los derechos humanos no sea un tema que realmente les preocupa (a los votantes), como a nosotros. A la democracia uruguaya, para decirle que está en plenas condiciones, o en óptimas condiciones, le falta resolver el tema detenidos desaparecidos. Fíjate que hasta que ellos (los militares) no hablen, que es lo que siempre Madre y Familia reitera, no se va a conocer el paradero de los compañeros y compañeras…”
La represión
“Yo creo que en Carmelo podemos manejar una cifra de alrededor de 200 personas, 200 y algo de detenidos, destituidos y exiliados”, dice. Recuerda aquella época de su juventud: “La represión que hubo en el verano del 74´ fue hacia el Frente Amplio. O sea, los integrantes del MLN ya estaban todos presos. Y empezaron a llevar gente. Y además de eso, los destituidos, por ejemplo. Echaron gente de los liceos; gente mucha que ni siquiera estaba en el Frente Amplio ¿No? En el año 1973, para conmemorar los 150 años de la independencia, eligieron como tarea expulsar gente de los trabajos. Principalmente de la educación, que fue donde hubo más destituidos. Y Carmelo fue un lugar muy golpeado por la dictadura. No solamente en gente que se llevaron presa, sino en destituidos a los que catalogaban con aquellas famosas letras. La A, la B y la C”.
“Yo he sacado la cuenta de forma muy ordenada, he tratado de ser prolijo y diría que la represión violenta fue contra alrededor de 80 personas. 76, más precisamente. Que son los que se llevaron presos”. A esto se suman las familias que se exiliaron y los destituidos de los que estábamos hablando.
Le decimos que tiene que haber unas 200 personas afectadas directamente por la tortura y rápidamente nos corrige “un poco más (…) en el exilio hay más, porque fíjate que a cuatro personas por cada uno de los que detuvieron da estos detalles que estamos dando, serán posiblemente, unas 600, 700 personas”.
¿Cómo era Carmelo en los 70´?, preguntamos. “Era distinto, era un poco más activo, más movilizante que ahora. En el 71, Carmelo a raíz del surgimiento del Frente Amplio, había un entusiasmo importante. A nivel de juventud, principalmente, de gurisada, fue muy importante. ¿Cómo decirte? Un estado de ánimo positivo. Creo que en Carmelo el Frente Amplio en esa elección sacó 1400 votos. No era una cifra despreciable. En aquel momento 1400 votos eran significativos, hoy son importantes. Estamos hablando de 50 años para atrás”.
-¿Cuánto tiempo estuvo detenido?
-En total 57 meses. Casi 5 años. Lo primero era que nos procesaban en el cuartel y de ahí nos llevaban para el penal de libertad o para la cárcel de mujeres, a las compañeras. En el penal el trato era bastante, digamos, bastante distinto en cuanto a que no había tortura física. Era tortura psicológica, estuvo pensado como una máquina de picar carne. El penal de Libertad estaba dirigido por un famoso psiquiatra, Brito, me parece que era…. Un militar. Y estaba todo pensado, todo lo que ellos hacían estaba pensado para destrozarte psicológicamente. La ventaja era que había muchos compañeros con experiencia carcelaria que a nosotros los gurises nos avivaban y nos enseñaban a resistir.
Los civiles
Mucho civil apoyando la dictadura por aquello de cívico-militar, pero Pereya nos aporta otro ángulo: “hace poco, haciendo algún intercambio en el grupo Memoria, llegamos a la conclusión de que hablar del periodo dictatorial cívico-militar no corresponde tanto como llamarle civil-militar. Civil-militar. Porque cívico… Son instituciones”.
-A la hora de delatar en Carmelo funcionaba mucho el teléfono, ¿no?
-Yo le escuché hablar a un comisario de Carmelo, que ya ha fallecido. Lo escuché decir: -´fulano y mengano me tienen aburrido, vienen todos los días con esquelitas a la comisaría´. Todos recordamos a la señora que se paraba con una libreta en una esquina y “el loco del grabador”, señala.
-Esos esquemas funcionaron hasta ya instalada la democracia. Esa realidad ¿cómo le afectó?
-Fui bastante indiferente en cuanto a eso. Quizás porque yo entiendo que la política también se nutre de ese tipo de actitudes. Lo que está pasando ahora con las famosas redes sociales son productos del pasado, ya lo vivimos eso.

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