Las sorpresas de la muerte

Víctima de un infarto tantas veces anunciado, Hugo murió en “su” Club Palmirense en una mañana como tantas que se encontraba trabajando, hablando y bromeando. Sin embargo, fue su última mañana.

El Quique (Cuervas) me llamó y me dijo “al Hugo le dio un infarto” y ya sabíamos que no zafaría como las otras veces. No tenía posibilidades, su corazón no iba a resistir.

Y no zafó. Y con su muerte se va uno de los tipos más solidarios de Nueva Palmira, que no dejaba a nadie de a pie; era cabrón, contestador, pero realmente un amigo y servicial sin igual.

Hizo que el Palmirense fuera un lugar de ayuda para todo el que lo necesitara y él personalmente siempre estaba; no importaba la condición económica ni social de quien lo convocase. Siempre daba una mano. Mirando hacia atrás, en el año 1969 que jugamos juntos al fútbol por primera vez, ha pasado la vida y puedo decir que el Hugo resistía el archivo, sin cambiar la pisada.

Vayan todos los recuerdos vividos de sus pasiones; el Club Palmirense, Independiente de Argentina, Higueritas, Golondrinas, Sacachispas, su familia, sus amigos…
Vaya desde estas páginas un fuerte abrazo para Irene, Carolina, Romina, Gastón, sus nietos y demás familiares.