“Pertenece al pueblo”: Reclamo de devolución y recuperación de la ´Plazoleta Fontana de Palmira

Después de “innumerables” intentos para recuperar ese bien, Pablo Guaraglia quien integró el grupo que reclamó el espacio para su uso como plazoleta -fin para el cual estaba destinado- dijo a EL ECO que es momento que las autoridades “recuperen un espacio público que es del pueblo”.

                                                                   Pablo Guaraglia

Significaría “embellecer la entrada” de la ciudad, y generar una zona más de “recreación de vecinos y de la población toda”; máxime cuando hoy está convertido en “un baldío sin utilidad alguna” y en manos de una institución deportiva como lo es Polancos que “no necesita de este espacio, que repito, fue donado al pueblo, no fue ni para la Junta en ese momento, ni para la intendencia”.

Guaraglia recordó que la plazoleta surgió de “la donación que hizo Antonio Fontana, porque se proyectó extender la calle Artigas hasta la reductora cuando Artigas terminaba en la calle Agricultura, hoy Ordoñana; por lo que antes cuando se salía por Artigas para la ruta, había que doblar y agarrar por San José o Felipe Fontana”.

Y al cortar el campo para ceder los metros para la prolongación de Artigas “quedó un triángulo entre San José, Ordoñana y Artigas”. Fue entonces que “Antonio Fontana dijo que donaba el tramo para la calle y la cuña que quedaba que tuviera como fin una plazoleta, así está escrito en el acta de donación que tengo en mi poder. Su idea era que el pueblo pudiera tener una plaza a la entrada, otra en el medio (Artigas) y otra abajo (33 Patriotas)”.

Recuerdo que María Ethel Frugoni, que era estudiante, fue una de las alumnas que plantó árboles con una floración distinta que creo que formaban la bandera de Artigas. Además se pusieron juegos y bancos, era un lugar público, donde incluso semana por medio iba a tocar la banda que había en Palmira en aquellos tiempos. Con el paso de los años “esa plaza fue cercada con tejido y columnas de hormigón de unos 50 cm de alto, y se colocó un cartel grandote. Creo que fue entre los años ´55 y ´60”.

Pasaron los años, no le hicieron mejoras, y “empezaron a venir los gitanos, acampaban ahí, y al decir de ellos, alquilaban el lugar a un directivo de Polancos, que con el tiempo se terminó apoderando de esa plaza” con el consentimiento de la intendencia hace algunas décadas.

Aclaró que no es responsabilidad de la institución deportiva, sino de “las autoridades del momento que regalaron algo que pertenece al pueblo”. Fontana “donó esa plazoleta al pueblo de Nueva Palmira, y al pueblo debe de regresar”.

Sostuvo que “a Polancos no le afecta tener o no ese espacio, no le afecta a la cancha. En cambio, si se tuviera esa plaza serviría para que todo el vecindario, la gente del pueblo, pudiera tener un lugar de esparcimiento, con juegos. Y es en la entrada de Palmira, qué mejor que hubiera una plaza”.

“Si se dejó este bien para una plazoleta no puede cambiársele el destino, más cuando esa cuña hoy no está siendo aprovechada, está abandonada”.