Quién es Nubel Cisneros el hombre que le pone nota al tiempo

Cisneros nació en Durazno el 6 de noviembre de 1957. Quería ser piloto de aviación y terminó mirando el cielo desde la tierra. Vive en el Barrio Malvín con su esposa, tiene dos hijos y una nieta. Es el único de su familia que eligió la profesión de meteorólogo.

-¿Cuando comenzó como meteorólogo?
-En el año 1977. Yo había entrado en la Fuerza Aérea en aquella época con el afán, como muchos otros jóvenes, de ser piloto. En el transcurso de la carrera vi que el pilotaje no era lo mío. En ese momento la Fuerza Aérea creó especialidades, entre ellas meteorología y ahí empezó mi interés por el tema.

-Es uno de los meteorólogos más reconocidos del país.
-Yo soy uno más. Sé que la gente me reconoce, sería tonto decir lo contrario, me gusta lo que hago. Sé que a mucha gente le sirven los pronósticos y eso para mí es más que suficiente.

-Fuera de los medios ¿quiénes le preguntan más por el tiempo?
-Las consultas son continuas. En principio está toda la actividad agropecuaria, donde la gente tiene que planificar y para eso necesita conocer el tiempo, saber cuál será el comportamiento del clima para evitar pérdidas, porque sabemos lo costoso que es el agro. La otra actividad que genera muchas consultas es el turismo. Las dos actividades son importantes y dependen del estado del clima para lo que desarrollan. También el público común se interesa por el clima porque cuando se planifica una salida se quiere aprovechar al máximo ese tiempo. Por eso es importante saber si hará calor y no lloverá.

-¿Las consultas han aumentado a raíz de las marcadas variaciones que está teniendo el clima?
-Sí. Nosotros íbamos un poco a la cola de lo que es el mundo porque el pronóstico tiene espacios exclusivos, más largos, porque se le da mucha importancia en otros países, y de eso nos estamos dando cuenta recién ahora en Uruguay. Nos estamos dando cuenta lo necesario que es saber el estado del tiempo para planificar actividades.

-¿Le insume muchas horas de trabajo establecer los pronósticos y proyecciones?
-Demanda mucho tiempo. Como uno sale unos minutos en televisión, en radio, en prensa u otro tipo de medio, a veces a la gente le parece que se sienta, mira para afuera y dice “va a ocurrir esto mañana”. Pero lleva mucho tiempo y quien más lo siente es la familia. La ventaja es que al llevar tanto tiempo en este trabajo se adquieren más conocimientos y se logran acelerar algunos procesos. En realidad es un trabajo día a día, minuto a minuto. Así es mi vida.
A las 4,15 o 4,20 de la mañana ya estoy en pie y empiezo a trabajar, y termino en el entorno de las 12 de la noche. Duermo poco.

-¿Le apasiona lo que hace?
-Sí. Si no me gustara sería imposible trabajar en esto, porque demanda mucho tiempo.

-¿Se inclinan las nuevas generaciones por aprender meteorología?
-Esto lleva mucho tiempo y quizás no tiene una remuneración que sea atractiva para los jóvenes. Creo que eso resume un poco lo que es, lo que está pasando y puede llegar a pasar, porque no es atractivo. Incluso formarse insume entre ocho y diez años. Son unos cuantos años y hay que estar continuamente actualizándose. Se asume como parte de la vida, pero no tiene la remuneración económica que correspondería.

-Tendrá muchas anécdotas de su trabajo, ¿nos cuenta una?
-Por allá en la década del 90 -no recuerdo exacto el momento-, cuando el boom de internet, fui uno de los primeros en trabajar con esa herramienta. Bajábamos las imágenes satelitales en lo que se llamaba lenguaje de texto en una casilla de Antel y a veces estábamos seis o siete horas bajando una imagen. Y recuerdo que una vez después que esperamos horas y horas la casilla estaba vacía, no había nada.

-¿Cuál es la reacción de la gente que lo ve en la calle, suele consultarlo?
-Tengo buen feeling con la gente, me gusta hablar, voy a hacer mandados de chancletas y short y converso con todo el mundo. He ido a dar clases a niños de 2 o 3 años en jardines de infantes y previamente pienso “¡qué pueden llegar a entender!”, y es impresionante la atención que prestan. No me molesta que la gente me pare y me pregunte. Es el trabajo que yo elegí. Contesto las preguntas, a la gente le doy el tiempo que necesita. Salir a hacer mandados de una cuadra puede llevarme una hora u hora y media.

-¿Le han recriminado por un pronóstico que no resultó tal como lo anunció?
-Sí, tengo muchas de esas anécdotas. “¡Uy, dijiste que no iba a llover y tuve un cumpleaños de 15 y llovió”. Uno se pone a hablar con esa gente que hace algún comentario que en principio puede ser como violento y terminamos entendiéndonos, ganando un amigo más.

Un verano rabioso
Todo indica que el verano será con pocas lluvias, calor intenso y una estación que se prolongará hasta marzo, de acuerdo a Cisneros, con quien cerramos la nota de esta forma.
“No nos olvidemos que estamos bajo el efecto de La Niña y nos aporta menos humedad, por lo que las lluvias van a comenzar a ser sensiblemente inferiores a lo previsto para la época. A eso hay que sumarle que las temperaturas comenzarán a elevarse, es probable, entonces, que a finales de este mes y en enero se tenga una falta de humedad bastante importante en los suelos”.
Las temperaturas en el Norte serán de 40 grados, e incluyo también al litoral, en la franja que llega hasta Soriano, donde se está dando una situación que ya es prácticamente normal en ésta época del año, y es que las temperaturas máximas sean similares a las del Norte del país. Y sobre la zona Sur y Este del país la temperatura va a rondar los 34 a 35 grados”.
Las predicciones señalan que el país tendrá “un verano seco y la tendencia es que sea bastante largo. Prácticamente las temperaturas elevadas se estarían extendiendo hasta el mes de marzo, inclusive. Recién a partir de abril comenzaríamos a tener un descenso de temperaturas. Igualmente cuando digo esto tengo presente que febrero y marzo son de días más cortos, por lo tanto las temperaturas no van a ser tan elevadas, pero el calor estará por encima de lo normal”.
Según Cisneros la falta de humedad y las altas temperaturas jugarán en contra “de la soja de segunda y se podría complicar al agro”.