Se complica la alimentación cuando bajan aportes para ollas populares

A lo largo y ancho del país, además de los aportes estatales, se tuvieron que abrir ollas populares por parte de vecinos, entrega de viandas a adultos mayores, y merienda a niños de familias más vulnerables. Porque hay que decirlo, la pobreza no estaba erradicada en Uruguay, y con la crisis por el coronavirus, se acentuó en los más débiles y volvieron a ese cruel punto de partida de no tener para comprar alimentos muchas familias que tenían para comer y no más. Ahora todo se hizo más difícil.
En este contexto surgieron ollas populares, viandas y meriendas, solventadas por la población pero los meses pasan, la situación se va agravando para todos, y es cuando empiezan a faltar ingredientes para hacer los grandes guisos o estofados o fideos con salsa. Es así.
La coordinadora de Ollas Populares de Montevideo pide que el gobierno aporte para paliar el hambre instalado en la gente.
Nuestro presidente de la República, Luis Lacalle Pou, respondió al pedido de la coordinadora diciendo que “el Estado hace todos los esfuerzos” para “tratar de atenuar la criris”, pero “no se puede llegar a toda la población”. Por lo tanto las ollas que está manteniendo la población deberán seguir con el esfuerzo de la población.
También hay que recordar que finalizó el descuento que se le hizo por dos meses a los sueldos públicos que superaban los 120 mil pesos nominales. Ese Fondo Solidario COVID-19 terminó. No se ha escuchado a trabajadores públicos y políticos con sueldos que superan los 120 mil pesos decir: “hay que seguir aportando”. El silencio habla.