Vecino difícil II

El hombre de algo más de 60 años que circula en silla de ruedas, fue evaluado por un psiquiatra y surgió que “no está loco”, existen quejas pero no denuncias por alterar el orden público y no es suficiente para tipificar el caso “como delito”, lo que dificulta su procesamiento por parte de la Justicia. Las autoridades están frente a un caso nada sencillo.
Nuevamente se reunieron autoridades departamentales en el Hospital Artigas de Carmelo, entre ellas representantes de la Administración de Servicios de Salud del Estado (Asse), Ministerio de
Desarrollo Social (Mides) y policía, y elaboraron informes sobre la situación del vecino palmirense que recorre parte del país en ómnibus y cuando llega a una ciudad se impulsa con el talón de su pie marcha atrás en su silla de ruedas. El esfuerzo que realiza le ha provocado profundas llagas en el pie, pero sólo se detiene cuando se dispone a dormir por las noches en cualquier vereda, en estos días en Nueva Palmira, su ciudad de nacimiento.
Como le falta la mitad de una pierna Asse le proporcionó muletas y después una pierna ortopédica articulada, desechó todo y sigue en una silla de ruedas recorriendo las calles de ciudades cubierto con escasa ropa, y alterando el orden público con gestos y palabras obscenas.
Entre las 13 y las 15 horas, de este lunes, estuvieron reunidas autoridades de organismos oficiales en el Hospital de Carmelo, evaluando la situación del hombre con dos informes en la mano, el de un psiquiatra que dictaminó que no presenta alteración mental y la justicia que no ha recibido denuncias específicas sobre el accionar del hombre, no obstante ha provocado que las autoridades hayan tenido que reunirse dos veces en una semana.
“Lo que se está viendo es si se puede procesar con prisión por ;atentado violento al pudor; o por ;ultraje público al pudor; por decisión judicial al no existir denuncias formales”. La fuente policial agregó que entre el día 15 y el lunes 16 se tendrá la “resolución de la Justicia Penal de Carmelo”.

Alterado

El sexagenario palmirense pudiendo circular con muletas o su pierna ortopédica, optó por movilizasrse en una silla de ruedas marcha atrás, con el pie que se impulsa convertido en una llaga.
Por las noches también transita a contra flecha, sin luz en la silla, lo que podría ocasionar un accidente con consecuencias fatales. Rechazó tramitar su pensión por incapacidad y huye de los lugares en que ha sido internado (Mides). Rechazó toda ayuda familiar y optó por dormir en la vía pública; sin asearse, prácticamente sin ropa; y alimentándose de la caridad y de lo que pide con palabras violentas; además de grita obscenidades a niños y mujeres.
Es casi incomprensible que este vecino palmirense sea considerado 'sin' alteración mental. En su infancia y adolescencia llevaba una vida normal en Palmira; residió a partir de su juventud en Panamá y Estados Unidos donde trabajó; volvió a Nueva Palmira hace poco más de dos años, y por no cuidarse de la diabetes y de la infección en una pierna debieron amputársela (por encima de la rodilla).
Nadie en su sano juicio atenta contra su vida de esta manera: viviendo en la vía pública (soportando frío y lluvia), rechazando toda ayuda institucional, negándose a tramitar la pensión por incapacidad, lanzándose por las noches por el medio de la calle a contra flecha, insultando a las personas; mal alimentado; y exigiendo a guardas y choferes de ómnibus o a camioneros que lo trasladen de una ciudad a otra.
Si este vecino es procesado con prisión y no atendido por su situación mental, cuando quede en libertad volverá con su desasociego a alterar el orden público.

→ Enlace a primera parte