Vecinos trasladaron el dormitorio al garage porque gallos de riña no los dejan dormir

Gabriela y su pareja Andrés hicieron una casa en la zona del balneario Brisas de Nueva Palmira y se fueron a vivir allí. Hicieron una casa preciosa y encontraron su lugar en el mundo por la tranquilidad y belleza del lugar.

Pero hace poco más de un año, todo cambió, “hicimos la casa en la zona de Brisas y al poco tiempo vino un vecino, se instaló con la casa a medio terminar y empezó a traer gallos de riña. Hicimos el paredón para tener más privacidad,  pero él  hizo el gallinero del otro lado del dormitorio nuestro. Mi pareja es chofer a veces anda doce horas manejando, necesita dormir. Yo trabajo en el  hospital y a veces tengo que ir a mi casa de Carmelo porque no podemos ir a dormir. Imaginate un sábado despertarte a las tres de la madrugada con el canto de los gallos y no poder dormir”.

Con la documentación en la mano se presentaron en la Redacción de EL ECO en Carmelo y señalaron que “hicimos la denuncia policial en noviembre pasado y tenemos una resolución de juez, no hemos tenido respuesta”.

Gabriela afirmó que “tiene gallos de riña a dos metros de donde tenemos el dormitorio, lo que se ha hecho imposible el descanso nocturno, porque  empiezan a gritar a las 3 de la madrugada y ahí siguen todo el día”.

Ella afirmó a EL ECO que son muchos los animales que tiene, “hablamos con él para que pueda sacarlos para no tener que hacerle la denuncia pero terminamos en la denuncia porque él no entiende.

Mandamos una carta a Colonia a Higiene y derivaron a Carmelo para que tomara cartas en el asunto, pero no hemos tenido respuesta y hemos mandado tantos mensajes a todos lados y nadie nos da una solución”, cuentan.

Ya cansados de la situación, “este fin de semana desarmamos el cuarto y dormimos en el garaje porque no podemos dormir del griterío.  Estamos durmiendo en el garaje hasta el invierno”.
Es una casa de dos años a estrenar y tenemos que dormir en el garage. No la podemos disfrutar”, se lamenta.

Las denuncias fueron presentadas al  el ex alcalde Passarino, al  actual alcalde Agustín Callero y llegaron hasta la Sub Dirección de Higiene a cargo de Joyce Meyer “pero no tenemos respuesta. La situación está incambiada”, afirmó.